He dedicado toda mi vida profesional al automóvil en todas sus facetas. Aprendiz de mecánico en mi infancia, industrial del ramo y piloto aficionado, inicié mis primeros pasos en el periodismo en las páginas del motor del Diario de Ávila. Mi gran pasión personal han sido las carreras de Fórmula 1 que he seguido durante 25 años para diversos medios.
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi “cabeza de hormiga” y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.
Quise ser periodista porque campeona del mundo de motociclismo ya no podía. De pequeña jugaba con los cochecitos de los huevos de chocolate y con cualquier coche que mi padre dejara desprotegido y a la vista. Le rompí la puerta a su miniatura de un Ferrari. Nunca volvió a ser el mismo (el Ferrari). Siempre intento aprender algo nuevo todos los días. Soy curiosa por naturaleza, qué se le va a hacer.