El Grupo Volkswagen prepara una invasión de modelos eléctricos para la próxima década, empezando por la familia I.D., de la que también se beneficiará la marca Skoda. Solo para la marca de las fechas aladas se han previsto 2.000 millones de euros de inversión y 10 modelos eléctricos para 2022. El primero de ellos se parecerá al VISION iV Concept que ilustran estos bocetos.

Se trata de un crossover coupé de cuatro puertas, es decir, una forma más moderna del SUV, que se parece a un turismo pero con el atractivo de diseño de tan exitoso segmento. Irá vestido con unas llantas de 22 pulgadas de perfil aerodinámico, una línea dinámica “Tornado” que recorra el lateral y unos motivos lumínicos muy llamativos. Pretende “vender” deportividad y un diseño más emocional que el de típico coche eléctrico.

Este modelo se basará en la plataforma MEB, 100 % eléctrica, lo que significa que no hay apenas condicionantes de diseño y los ingenieros pueden acomodar el máximo de capacidad en baterías sin comprometer habitabilidad ni maletero, a la vez que se optimiza el centro de gravedad tirándolo al suelo. De esta forma se “compensa” el retroceso en dinamismo que implica una carrocería más elevada típica de los crossover.

Típico de los prototipos, no vemos tiradores para abrir las puertas ni retrovisores. La tecnología permite prescindir de esos elementos, que por otra parte empeoran la aerodinámica. También viene siendo característico eso de expresar con las luces distintas sensaciones, o para comunicarse con el entorno (véase peatones) en ciertos supuestos como la conducción autónoma.

En el comunicado de prensa no se hace ninguna mención a ese concepto, pero es de esperar que, cuando el modelo de producción en serie aparezca, disponga por lo menos de soluciones de conducción semiautónoma como asistente de atascos, guía de volante (con los ojos en la carretera), asistente de autopista y esas cosillas.