Hace unos meses, el director ejecutivo del fabricante británico, Torsten Müller-Ötvös, mencionó durante una entrevista que Rolls-Royce se saltaría la tecnología híbrida e híbrida enchufable por completo y se centraría en el desarrollo de vehículos eléctricos de batería pura. A finales del año pasado, la matriz de la compañía, BMW, presentó una marca registrada en la oficina de patentes alemana para el nombre “Silent Shadow”, en referencia a la denominación “Silver Shadow” que la marca utilizó de 1965 a 1980 en el Rolls-Royce más vendido hasta la fecha.
Hará su debut público, presumiblemente, a finales de 2021, aunque con casi total seguridad no se pondrá a la venta en los concesionarios hasta 2022. De hecho, llega casi una década después de la presentación del 102EX Concept, la versión 100 % eléctrica y única del Phantom de séptima generación que se construyó para medir la reacción del cliente a un Rolls-Royce eléctrico en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra 2011. Este nuevo modelo podría generar una línea completamente nueva que, con el tiempo, reemplazaría los que están a la venta hoy.
Bajo la piel, se espera que el primer coche eléctrico de Rolls-Royce comparta muchas partes con BMW, dado que ha su desarrollo ha sido hermanado con el i7, la versión totalmente eléctrica del próximo Serie 7. Si bien los dos modelos viajarán en diferentes plataformas, con el i7 usando una variante de la plataforma modular CLAR y Rolls-Royce con su propio bastidor de aluminio dedicado, compartirán elementos como los motores y los ejes eléctricos, así como el paquete de baterías que, según parece, contará con unas celdas diseñadas y desarrolladas por Samsung SDI.
Aparentemente, Rolls-Royce está probando un nuevo tren motriz eléctrico –compartido con el futuro BMW i7– para sus futuros modelos de cero emisiones usando una mula de un Phantom
No hay información sobre qué forma tomará “Silent Shadow”, pero se especula con que el nuevo coche de cero emisiones de Rolls-Royce podría inspirarse en el espectacular prototipo 103EX de 2016. Aparentemente, la firma con sede en Derby está desarrollando distintos diseños para el modelo, todos ellos en configuraciones de tracción trasera y total que funcionarán junto con un paquete de baterías con una capacidad superior a los 100 kWh. Dado que no será un coche ligero el objetivo de la compañía es ofrecer una autonomía unos 500 kilómetros.
Además del “Silent Shadow”, Rolls-Royce también desarrollará una versión totalmente eléctrica del Cullinan, que a su vez podría adoptar un diseño similar al del BMW iX (esperemos que no sea tan parecido). Es probable que el nuevo modelo se ensamble junto con las berlinas Phantom y Ghost con motor V12 biturbo y el mencionado Cullinan en su versión de combustión interna, las cuales se construyen en instalaciones de Rolls-Royce en Goodwood, en West Sussex. Y haciendo justo mención al bloque de 12 cilindros, su continuidad tiene los días contados…
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS