La puesta en escena de la primera iteración de la serie ultralimitada Mythos de Mercedes, el Mercedes-AMG PureSpeed, ha logrado acaparar bastante la atención aunque, si echamos un buen vistazo, no resulta tan espectacular como cabría esperar y su planteamiento, un coche de talante radical con cierta inspiración en la Fórmula 1, recuerda un poco a un coche que, por cierto, sí resulta más impactante: el Mercedes SLS AMG Stirling Moss.

Pero eso es harina de otro costal que, quizá, tratemos más adelante. La cuestión es que el pasado Gran Premio de Mónaco, Mercedes-AMG aprovechó para dar a conocer una creación ultraexclusiva y, en teoría, superdeportiva, una barchetta inspirada en el Mercedes-AMG SL que, como elemento destacado, monta un HALO como el que usan en la Fórmula 1. Un arco que sale del centro del coche, justo delante del salpicadero, y se alarga hacia atrás, donde se divide mínimamente al entrar en contacto con la carrocería.

Se trata de un concepto de coche, la barchetta, que parece haberse puesto de moda y que ahora tiene en esta creación alemana una de sus iteraciones más peculiares. No tiene techo, no tienen parabrisas y no tiene ventanillas laterales, ni siquiera es una opción para aquellos usuarios que prefieran perder esencia y ganar en comodidad.

El Concept Mercedes-AMG PureSpeed ​​ofrece una visión de lo que probablemente sea la forma más directa de experimentar las prestaciones y el placer de conducir. Radicalmente abierto, ni el techo ni el parabrisas separan a los dos pasajeros de los elementos. Puedes experimentar la luz, el aire y la pasión sin filtros con todos tus sentidos”. Michael Schiebe, presidente de Mercedes-AMG

No se ha desvelado especificaciones técnicas, pero lo más lógico es pensar en que se ha partido de un Mercedes-AMG SL63 S E Performance cuyo motor rinde más de 800 CV. Se fabricarán solo 250 unidades y aunque tampoco han comunicado precio, sabemos sobradamente que sea prohibitivo Entrará a producción en 2025 y por supuesto, cada unidad irá a clientes cuidadosamente seleccionados, todos ellos, sin lugar a dudas, coleccionistas.

Es decir, estamos ante otro de esos coches que apenas pisará el asfalto y ha nacido para ser, simple y llanamente, un pisapapeles muy grande y muy caro. Un coche que bien podría moverse a pedales como una bicicleta, porque nadie exprimirá sus prestaciones ni sus capacidades dinámicas. Y eso que los compradores recibirán con el coche una pareja de cascos aerodinámicamente optimizados, para poder pilotar el Pure Speed con la seguridad de llevar el cráneo protegido.

Los cambios no se queda únicamente en la ausencia de parabrisas o ventanillas y en la instalación de un arco tipo HALO, solo hay que echar un leve vistazo para comprobar que el frontal es totalmente nuevo, por ejemplo. Se inspira en el AMG One y destaca por dos enormes tomas de aire en los laterales y por la presencia de dos pequeñas aletas en los laterales del paragolpes, delante de las ruedas. De hecho, esas aletas aparecen de nuevo detrás de las ruedas delanteras y tanto delante como detrás de las traseras.

Esas últimas aletas alargan su figura hasta fusionarse con el difusor trasero, que es más grande que el montado en cualquier versión del Mercedes-AMG SL. El paragolpes trasero también es nuevo y toda la tapa de lo que sería el maletero es igualmente específica. No en balde, la condición de barchetta obliga a modificar toda esa zona para adoptar dos arcos antivuelco que parecen surgir de la carrocería. Hay mucha fibra de carbono, material que incluso llega a las llantas, que tienen un revestimiento de tan exclusivo material.

Las ruedas traseras tienen un arco de fibra de carbono totalmente cerrado para mejorar la aerodinámica, mientras que las delanteras tienen un arco con aberturas para optimizar el flujo de aire en la parte delantera y surtir de aire fresco a los frenos, entre otras cosas.

Desde Mercedes afirman que hay muchos detalles que se inspiran en la historia en competición de la marca. Por ejemplo, los arcos antivuelco tienen su referencia en el mítico Mercedes 300 SLR que pilotaron Stirling Moss y Denis Jenjinson en la Mille Miglia de 1955, mientras que la pintura, con degradado desde rojo Le Mans a gris grafito, hace alusión a la combinación de colores del Mercedes que ganó la Targa Florio en 1924.

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