Sabíamos, tras conocer el nuevo SEAT León, que CUPRA no tardaría mucho en presentar la variante más potente del compacto español. Y así ha sido, se ha dado a conocer el CUPRA León y además, también sus variantes de competición, el CUPRA e-Racer y el CUPRA León Competición. El primero ya lo conocíamos, es la versión de motor eléctrico para E-TCR, mientras que el segundo es la última generación del aquel coche que fue todo un éxito, el SEAT León de la Supercopa.
La primera generación del SEAT León fue un éxito en todos los sentidos, tanto en los concesionarios como en las pistas de carreras. Sentó las bases para una tradición que se ha extendido hasta hoy, que se centra en ofrecer una variante de competición muy efectiva y rápida, que año tras año se ha ido radicalizando, haciendo más y más avanzada y eficaz. La primera edición era poco más que un SEAT León preparado para rodar en pista, mientras que la segunda era todo un coche de carreras y la tercera era un ganador nato con una aerodinámica muy cuidada y un motor muy potente.
CUPRA León Competición, la cuarta generación de un ganador
Para la ocasión, la cuarta generación del León de carreras llevará el sello de CUPRA y representará a la marca en el TCR y en pruebas de resistencia. Un coche que además de cambiar el logo que luce en el frontal, también cambiar su desarrollo, los colores de guerra y por supuesto, su motor. Será, hasta el momento, la versión más potente del León de carreras y como en el resto de ediciones, toma el motor de la versión de producción y lo adapta para su uso en competición.
Los cambios aerodinámicos saltan a simple vista. Es más ancho, las entradas de aire son más grandes, la caja está muy cerca del suelo y, destacando especialmente, la parte trasera monta un enorme alerón y un paragolpes muy voluminoso. Como cabe esperar, el peso se reduce frente al modelo de calle, se aumenta la rigidez del chasis con una jaula de seguridad y todo el conjunto del bastidor es regulable: caídas, convergencia, avance, tarado de suspensiones…).
Entre las novedades del CUPRA León Competición, hay que destacar también el estreno de la impresión 3D, que ha permitido un desarrollo más rápido en muchos apartados. Por ahora no son grandes piezas, pero la rejilla de la calandra frontal, los retrovisores laterales, el módulo central del volante, la salida de aire del capó o las tomas de aire de los frenos se fabrican mediante impresión 3D.
Para dar movimiento a todo el conjunto e igual que en otras ocasiones, hay un cuatro cilindros turbo bajo el capó delantero “atacando” las ruedas delanteras. Sigue siendo un 2.000 centímetros cúbicos como en las últimas generaciones, pero en esta ocasión la potencia llega a 340 CV y el par a los 410 Nm. El cambio es secuencial de seis relaciones y puede completar el sprint desde parado en 4,5 segundos y de alcanzar los 260 km/h.
Eléctrico con cuatro motores, así es el CUPRA e-Racer
La variante eléctrica no es ninguna novedad, hemos visto cómo ha ido evolucionando poco a poco ya que la propia CUPRA nos lo ha enseñado, pero en su versión definitiva es todavía más espectacular, sobre todo visto desde atrás debido al enorme difusor inferior. Este es mucho más grande que el montado en el CUPRA León Competición y además, se combina con unas salidas de aire de gran tamaño a ambos lados del paragolpes trasero. No en balde, necesita una mayor refrigeración que el León de carreras.
El CUPRA e-Racer es casi calcado a su hermano con motor de combustión en temas de chasis y aerodinámica, exceptuando la mayor refrigeración, pero no así en cuanto a motor. El e-Racer tiene nada menos que cuatro motores eléctricos, todos ellos colocados sobre el eje trasero, que rinden en conjunto 680 CV y 960 Nm de par. Se alimentan de la energía que llega desde unas baterías con refrigeración líquida y 65 kWh de capacidad.
Gracias a estos cuatro motores y su brutal entrega de potencia y par, así como al reparto de par vectorial, el CUPRA e-Racer acelera desde parado y hasta los 100 km/h en 3,2 segundos, logrando alcanzar los 270 km/h.
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Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS