He aquí el resultado preliminar de la colaboración entre el fabricante de superdeportivos y el equipo de Fórmula 1 de la marca de bebidas energéticas. Fiel a los principios de la vieja escuela, lleva un gran motor V12 en posición central, sin turbo, y capaz de chillar a altas revoluciones. El peso podría bajar de la tonelada, y el motor rondará el millar de caballos mecánicos.

De este biplaza habrá una produción de hasta 150 unidades, incluyendo los prototipos y 25 unidades preparadas (aún más) para circuito. Sus creadores comparan sus prestaciones con los bólidos de categoría LMP1 en Le Mans. Eso son palabras mayores. Los primeros prototipos pisarán la carretera en 2018, aún le falta un hervor y faltan muchos datos técnicos por conocer. Lo fabricará Aston Martin en Gaydon (Reino Unido).

Según Andy Palmer, el CEO de Aston Martin, toda la producción ya estaría comprometida, ya que hay 370 bolsillos muy profundos interesados en estos coches, y están en lista de espera. Lo de profundos va por los 2-3 millones de libras que deberían costar, según Automotive News. Parte del precio se justifica en su construcción ultraligera con mucha fibra de carbono, estará al nivel de un Opel Corsa, pero es más grande.

El coche se está pensando para ser “dócil” y “utilizable” en el día a día, a pesar de tener una de las aerodinámicas más extremas puestas en un coche de calle, con mucha fuerza descendente. La suspensión variable se encargará de suavizar tanto empuje. Si bien datos son desconocidos, superará cómodamente los 300 km/h y bajará de 4 segundos en el 0-100 km/h.

Esta obra, cuyo autor soy yo mismo, se publicó el 6 de julio de 2016 bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.