Aston Martin es un fabricante que representa el estilo británico en la automoción como pocos. Su clase y su elegancia no tienen rival en el mercado, como tampoco lo tienen para subsistir en números rojos durante décadas. Pero parece ser que todo tiene un final. Aston Martin podría quedarse sin liquidez antes de finalizar el desarrollo del DBX, el SUV que está llamado a sacar a la marca de esos números rojos.
Según los analistas de S&P, la compañía británica se encuentra al límite de lo sostenible, y por ello han recortado el rating a niveles de CCC+. ¿Qué significa eso? Pues que Aston Martin no tiene dinero líquido y su calidad crediticia es mínima. Hace no mucho emitieron un bono por valor de 150 millones de libras, alrededor de los 170 millones de euros, y han llevado su solvencia a una situación muy complicada según los analistas.
Aston Martín salió a bolsa en octubre de 2018, es decir, hace un año. Desde entonces, no ha dejado de caer y su valor ha perdido cerca del 75 %. A finales de julio y comienzos de agosto, el montante de la deuda de la marca ascendía a 723 millones de libras, poco más de 811 millones de euros, mientras que en octubre ronda los 915 millones, muy pero que muy cerca del valor bursátil de la compañía (1.000 millones de libras, 1.122 millones de euros) y no es, como cabe esperar, buena señal.
Ya no puede endeudarse más y los costes de financiación están al 12 % en una calificación de pagarés garantizados de casi 137 millones de euros (150 millones de dólares). También hay otros 91 millones de euros disponibles en los mismos términos si los pedidos del Aston Martin DBX alcanzan un umbral determinado.
Todavía es posible que no surja la necesidad real de hacer uso de las reservas, pero para ello debería vender un número de coches suficiente como para poder cubrir todos los gastos. El mayor problema vendrá durante los meses previos a que salga el primer DBX de la nueva línea de montaje en St. Athlan (Gales).
Es evidente que Aston Martin se encuentra en una situación complicada, que podría ir a peor en caso de un “Brexit” sin acuerdo, pues la marca tiene su sede y su fábrica en Reino Unido. Una gran parte de la producción se exporta a Europa y a Estados Unidos y un “Brexit” duro sería el final de la marca, ya que tendría que hacerse cargo de aranceles y posibles problemas en la cadena de suministros que, por un lado, elevarían los precios de sus coches y afectarían negativamente a la confianza de los usuarios. Lo único que puede venirles bien es una depreciación de la libra que compense el valor añadido de los aranceles.
La marca está muy activa a pesar de estos enormes problemas. El Valkyrie es uno de los hiperdeportivos más esperados del mundo, junto al Mercedes-AMG One. Y junto a este, habrá otro modelo de líneas espectaculares, el Aston Martin Valhalla. Sin embargo, necesitan al DBX a toda costa. Este modelo está llamado a ser el Cayenne de Aston Martin, el modelo que los salve y les mantenga a flote, pero no estará listo hasta 2020. Aston Martin tiene muchas esperanzas en el SUV y esperan alcanzar las 14.000 unidades vendidas en 2023.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".No olvidemos la pasta que inyectan en Red Bull Racing para que, a pesar de estar motorizados por Honda, el equipo se llame Aston Martin Red Bull Racing Honda, Y, que el alerón trasero es pura publicidad de AM <>