La nueva generación del Chevrolet Corvette tiró por la ventana toda las características del modelo hasta ahora, para adoptar una configuración nunca vista en el deportivo americano que ha tenido sus más y sus menos. El hecho de montar el motor entre los asientos y el eje trasero ha conllevado muchas más cosas que no han gustado a unos, pero han entusiasmado a otros, que tendrán en la nueva versión roadster todo un revulsivo para soñar despiertos a todas horas.
Chevrolet ha desvelado el nuevo 2020 Corvette Convertible, una versión descapotable que, como ha hecho la variante targa (no hay coupé en esta generación), rompe con la tradición del modelo y no solo se acerca mucho a los típicos roadster italianos firmados por el cavallino, también desecha el techo de lona y, por primera vez en el modelo, emplea un techo duro retráctil.
Técnicamente es idéntico al Corvette Stingray salvo por el techo y todo el bloque trasero que se coloca sobre el motor. En lugar de un targa, manteniendo los pilares y la luneta trasera, se han instalado dos jorobas tras los asientos y un nuevo panel sobre el motor, que se abre en conjunto para dejar hueco al techo plegable. Tarda 16 segundos gracias a seis motores eléctricos, que funcionan a velocidades de hasta 50 km/h. La cubierta que lo tapa se fabrica con materiales compuestos, las jorobas también hacen las veces de arco antivuelco, esconde un luneta de cristal de accionamiento eléctrico que también sirve de deflector y su accionamiento eléctrico no roba espacio de carga.
“Nuestro objetivo desde el principio era asegurarnos de que los clientes no tuvieran que sacrificar ninguna funcionalidad, rendimiento o comodidad al elegir el convertible de techo rígido. Logramos mantener el mismo tema de diseño que el coupé, así como la capacidad de almacenamiento excepcional y la capacidad en pista”. – Josh Holder, gerente de ingeniería del programa Corvette.
Al igual que en su primera variante, el Corvette Convertible se inspira en los aviones de combate para sus formas. Por ejemplo, las jorobas tras los asientos se han perfilado aerodinámicamente, tomando como referencia la carcasa utilizada para los motores a reacción. Además, dichos elementos en combinación con el alerón trasero del Pack Z51 del Stingray, ofrece un arrastre idéntico a la primera versión presentada.
También se han realizado cambios en la suspensión, con nuevos muelles y amortiguadores cuyo ajuste se ha adaptado a su nueva configuración y, lógicamente, peso. Dato, por cierto, que la marca no ha facilitado pero que viene siendo algo más elevado que en las versiones coupé. No obstante, en esta ocasión no hay coupé como tal, sino un targa, y es posible que las diferencias en peso sean mínimas porque ya se diseñó para conducir a techo abierto.
Colocado tras los asientos y delante de las ruedas traseras, se mantiene el mismo V8 de 6,2 litros con 497 CV. Si añadimos el Pack Performance, la potencia sube hasta los 502 CV y el par llega a 637 Nm.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS