El BMW Serie 3 Compact (E36) fue lanzado en el año 1993 como el primer compacto premium que se presentaba en años. Su principal rival, Mercedes-Benz, había hecho público un proyecto bajo el nombre de Schulz 190E City que no llegó a ver la luz y que no era más que un 190 recortado. Lo mismo que este BMW Compact, aunque la marca bávara había tenido en el 2002 Touring Hatchback (1974) lo que podría ser su antecesor.
Comercialmente, para el gran público el Compact era un coche de una marca de lujo en formato pequeño y estética juvenil, pero para algunos se trataba del peor BMW de la gama. Esto se debía a su configuración mecánica porque, aunque estaba basado en el Serie 3 (E36) lanzado en 1990, la suspensión posterior y algunos elementos del interior se tomaron del E30, siendo el resultado un tanto difuso para los más puristas.
Se mantenía la misma distancia entre ejes de la berlina (2,7 metros), pero su longitud se reducía en 22 centímetros para quedarse en 4,21 metros. Era, por tanto, de los compactos más largos, y como mantenía cierto estilo cupé, su habitabilidad o maletero no eran destacables. A pesar de esa imagen, y la deportividad general que trasmitía la marca, inicialmente se comercializó con versiones de potencia modesta entre 102 y 140 CV. Un par de años más tarde llegó el Turbodiésel de 90 CV y por fin en 1997 aterrizó el 323 ti.
Con un poderoso seis cilindros en línea que entregaba 170 CV, el 323 ti Compact no destacaba tanto en cuanto a potencia, sino en la configuración de cilindros y su propulsión trasera, puesto que no había ningún otro compacto que recurriera a esta última. Y así ha sido hasta la generación saliente de la Serie 1 actual, ya que su sucesor será de tracción delantera.
Con respecto al caballaje en sí, Volkswagen ya vendía el VR6 de 174 CV y PSA andaba en 167 CV para los ZX y 306 GTi. Un par muy superior de 245 Nm le servía para brillar en prestaciones y ofrecer un medio régimen que pocos GTI lograban, aunque en la zona alta no resultaba tan rabioso o deportivo como otros modelos atmosféricos menos aburguesados. Por ejemplo, mientras el 306 ofrecía su potencia máxima a 6.500 RPM, el 323 ti lo hacía a 1.000 vueltas antes.
Algo parecido ocurría con el comportamiento, pese a que un modelo de propulsión fuese aparentemente de lo más apetecible. Sin embargo, el Compact resultaba delicado de conducir en algunos terrenos, como al circular muy rápido si se presentaban pérdidas de adherencia. Eso sí, había control de estabilidad ASC+T y suspensión deportiva M de serie.
Pero con las cifras de prestaciones en la mano, cuando el 323 ti fue lanzado, se convirtió en el compacto con mejores prestaciones con la excepción del especialísimo Lancia Delta HF Turbo de 193 CV al que, sin embargo, superaba en velocidad máxima gracias a los 230 km/h que declaraba BMW. Frente al resto de compactos GTI de la época, el 323 ti se colocaba a la cabeza en la aceleración larga, siendo el único que rebajaba los 29 segundos en el 0 a 1.000 metros.
También era con diferencia el más caro, con una tarifa muy superior incluso a la del Audi A3 1.8 T. En 1997, el 323 ti costaba 4.500.000 pesetas, lo que hoy en día serían unos 43.000 euros. Se justificaba en parte por su exclusividad y la calidad del interior, sobresaliente en todos los aspectos. Además, entre su larguísima lista de equipamiento opcional encontrábamos elementos que no contemplaban sus rivales aunque para ello hubiese que tirar de cartera y engrosar el presupuesto todo lo que quisiésemos.
El BMW 323 ti Compact podría considerarse el primer GTI de la marca tanto por su potencial como por las diferencias estéticas y mecánicas con respecto al resto de la gama. Hoy en día, es posible encontrar un Serie 1 de apenas un centenar de caballos con la misma apariencia que un 125i con el doble de potencia, e incluso que un M140i, quizá la versión actual tan especial como en su día lo fue el 323 ti.
Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.Recuerdo su carácter nervioso al conducirlo, propio de su batalla más corta. En cuanto a diseño, se nota demasiado el hachazo a su trasera respecto al E36 Coupe, y parece que le falta algo.
EN su momento se le criticó heredar casi tal cual el salpicadero de los E30, pero visto desde ahora….es infinitamente más bonito y atemporal que el de los E36.
Objetivamente, el Compact es más feo que sus hermanos coupé y berlina de la generación E36, pero el ser un híbrido a caballo entre el E30 y el E46 le hizo estar mejor rematado, debido a que sus paneles de puertas no se desintegraban y a que la guantera permanece en su sitio. Eso sí, el techo sigue cayéndose al igual que en el resto de E36…