La tecnología eléctrica aplicada a los coches tiene muchísimo potencial de evolución. Apenas acaba de empezar a despegar realmente y ya se están logrando muy buenas cifras. Autonomías de más de 350 kilómetros, recargas en menos de una hora, suavidad de funcionamiento, potencia, usabilidad total por centros urbanos… todavía hay trabajo por delante, sobre todo en lo referente a las cargas, pero como todo anteriormente, solo hace falta tiempo.

Sin embargo, hay cosas que podrían no ser como todos esperamos o al menos, como se tenía previsto que fueran. Así lo afirma en CEO de Audi, Markus Duesmann, quien afirma que los coches eléctricos del futuro podrían no tener tanta autonomía como ahora. Duesmann ve un límite donde el tamaño y el peso dictarán las cifras que ofrecerá cada automóvil en el futuro.

El desarrollo de las baterías es el actual campo de batalla entre los fabricantes, buscando la máxima autonomía posible, El problema es que con la tecnología actual, más autonomía supone más tamaño y más tamaño es más peso. Dos cosas con las que tienen que lidiar los ingenieros y los diseñadores y que serán las partes que marcarán el límite y los compromisos a tomarse. No importa si un SUV como el Audi Q7 tiene unas baterías muy grandes y un poco de peso extra, es ya de por si un automóvil enorme y pesado, pero un Audi A3 no puede permitirse el lujo del espacio ni del peso y por tanto, su autonomía se verá afectada.

Duesmann duda sobre la evolución de la autonomía en los futuros coches eléctricos. Según cree, llegará un momento en el cual, los fabricantes tengan que buscar un compromiso entre la autonomía, el tamaño y el peso.

“Estamos poniendo baterías enormes para que duren cientos de kilómetros. No estoy seguro de que la tendencia continúe. Más adelante serán más pequeñas porque además tendrán más densidad energética”. – Declaraciones de Markus Duesmann de Audi a CNET.

Otro de los apartados donde Duesmann hace especial hincapié tiene que ver con las costumbres de los usuarios. Hoy día, con depósitos de combustible de buen tamaño, la facilidad para repostar y las autonomías que se logran, estamos acostumbrados a acudir a la gasolinera, llenar el depósito y no volver en días. Con los coches eléctricos eso no es posible, hay que aprovechar cada momento en el que el coche esté parado para recargar porque los tiempos de carga son elevados.

“Hoy vas a la gasolinera y obtienes tu combustible de forma totalmente natural. Con los coches eléctricos no es así, y aún hay que ajustar nuestros comportamientos. Una vez suceda esto, el tamaño de las baterías bajará. Hacen que los coches sean innecesariamente pesados y costosos, además de excesivamente grandes”

Tendremos que cambiar nuestro hábitos y adaptarnos a la tecnología disponible, al igual que hemos hecho con los teléfonos móviles. Cuando estemos acostumbrados a movernos con coches eléctricos y a tenerlos enchufables cuando estén parados, las baterías reducirán su tamaño. Además, se mejorarán las recargas y las capacidades de almacenamiento.

Las próximas baterías de estado sólido podrían ser un paso muy importante, aunque parece que los fabricantes han encontrado un nuevo camino que recorrer en cuanto a eficiencia y ecología: la pila de combustible de metanol.