Cuando Volkswagen puso en circulación la primera generación del Golf GTI, allá por 1976, fue una auténtica revolución, así que cuando se lanzó la segunda entrega en 1984, era lógico esperar que fuera, como poco, igual de interesante, o quizá más, que el anterior. El volkswagen Golf de tercera generación –código 1H–, fue un cambio bastante importante respecto al Golf II, tanto en lo estético como en lo técnico, pues entre otras cosas, fue el primer Golf en montar airbags frontales y una estructura reforzada para mejorar la absorción de fuerzas en caso de impacto. Junto a todo esto, como cabría esperar, se esperaba con ganas la versión GTI, que debería ser todavía mejor que las anteriores.
Fue en 1991 cuando se presentó, por fin, el Volkswagen Golf GTI III durante la celebración del salón del automóvil de Frankfurt y desde un principio, fue un poco decepcionante. Parecía como si con el lanzamiento del Golf GTI III se confiara más en su imagen y en su reputación, que en las prestaciones y el comportamiento. Su primera aparición dejó un poco frío a todo el mundo, pues montaba un motor que rendía tan solo 115 CV a 5.400 revoluciones y 166 Nm de par a 3.600 revoluciones. Era un bloque de dos litros –1.984 centímetros cúbicos, se alargó la carrera de los pistones de 86,4 a 92,8 milímetros–, en lugar de 1,8 litros del Golf GTI II, que se combinaba con un cambio manual de cinco relaciones. Era un aumento de potencia insignificante, que se veía obligado a lidiar con un aumento de peso más elevado, pues la báscula marcada 1.140 kilos.
A nivel de chasis las cosas iban, como es costumbre en el Volkswagen, sobre seguro: columnas McPherson delante con barra estabilizadora y eje trasero deformaba que también montaba estabilizadora, dirección de cremallera y piñón, frenos de disco con ABS e incluso control de tracción… además, toda la puesta a punto del coche y la calidad de producción, estaba a un nivel lo suficientemente alto como para que destacara, para mal, la falta de carácter del motor. No se tardó en poner en duda la validez del modelo y la continuidad del concepto GTI.
Sin embargo, casi como con intención de acallar críticas, Volkswagen le dio un repaso al Golf GTI y en 1993 se lanza el mercado el Golf GTI 16v, es decir, se montó una culata de 16 válvulas para, ahora sí, ofrecer una potencia de 150 CV, con un 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y una velocidad máxima de 215 km/h. Es evidente que el aumento de potencia ofrecía unas prestaciones más convincentes y lo colocó a la altura del resto de competidores en el segmento, como el Citroën ZX 16 válvulas, el Renault 19 16 válvulas o el Peugeo 309 GTI en primera instancia y luego, se las vio con el Peugeot 306 S16. No obstante, el Golf GTI 16v nunca llegó a destacar y ni a convencer plenamente por su carácter. Curiosamente, la competencia más dura la tuvo en casa, con el Golf VR6 de 174 CV.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS