Los rallies siempre han sido, o al menos siempre era, una fuente inagotable de coches míticos, deseos con ruedas para los habituales en las cunetas. Bueno, deseos con ruedas para una gran cantidad de amantes del automóvil, pues los rallies han dejado coches como los Ford Sierra RS Cosworth y Ford Escort RS Cosworth, como los Lancia Delta Integrale, los Audi Sport quattro, los FIAT 131 Abarth y Toyota Celica GT Four… y por supuesto, los intocables Mitsubishi Lancer Evolution y Subaru Impreza WRX STi.

Es la magia de los tramos la que emana de esos coches, aunque curiosamente, el Impreza WRX STi siempre ha estado un poquito por detrás del Lancer Evolution en cuanto a percepción de los aficionados. Si preguntas por coches de rallies, el Mitsu siempre sale a relucir y si presentas una comparativa, habrá muchos aficionados que se decanten por el modelo de los diamantes. Curioso y un tema interesante para un debate o para un buen reportaje, porque el Impreza no es precisamente un coche lento y su palmarés en competición tampoco se puede tildar de que sea malo, ni mucho menos.

Una pelea, Subaru vs Mitsubishi, Mitsubishi vs Subaru, que no volveremos a ver durante muchos años más, aunque es más posible que no veamos nada parecido nunca más, aunque al menos nos quedan las máquinas que han sido protagonistas de tan interesante duelo. Duelo, por supuesto, que ha tenido sus momentos y sus errores, entre los que destaca, por ejemplo, el Subaru Impreza WRX STi –GD– cuya puesta en circulación se llevó a cabo en 2001. Aquel modelo fue uno de los más polémicos de la saga Impreza –descartando la actual generación, obviamente, carente de todo espíritu deportivo–.

En el año 2000 se presentó lo que en Europa se considera como Subaru Impreza de segunda generación, un coche que dejó a los aficionados un poco confundidos y sin saber muy bien que opinar, debido a un diseño del frontal que no acabó de cuajar. Lucía dos faros casi circulares que fueron el centro de muchas críticas, que se vio acompañado por una versión WRX que no ganaba en prestaciones, entre otras cosas, al mantener el mismo motor de 218 CV en un coche que había ganado algunos kilos. Era osas que, a los más fanáticos de la firma y del modelo, no les gustó especialmente. Subaru buscó hacer un poco más versátil y usable su Impreza, pero eso afectó negativamente a otras variantes.

Sin embargo, tenían en la manga el Impreza WRX STi, la versión más prestacional del modelo y la base para el coche de rallies, aparecido en 2001, hizo olvidar aquellos detalles, aunque no del todo. Los cambios que presentaba se podían ver por todas partes, o casi, aunque destacaban especialmente en lo referente al motor. Este, se tomaba del Impreza WRX y del Impreza GT Turbo, pero recibía muchos cambios para poder ponerse a la altura de las circunstancias –léase, Lancer Evolution–: nuevos pistones, intercooler más grande con vaporización de agua, nueva distribución variable, gestión del motor Denso y el turbo de origen Mitsubishi –un detalle muy curioso, por cierto–, pasó a ser de IHI cuya presión de soplado de fija en 2,2 bares. Así, la potencia homologada era de 265 CV a 6.000 revoluciones y el par llegaba a los 343 Nm a 4.000 revoluciones.

El motor –código EJ20– se combinaba con una caja de cambios manual de seis relaciones y un sistema de tracción total con un diferencial central que repartía la potencia al 50% para cada eje, donde había un diferencial de tipo mecánico Suretrack. Un sistema de transmisión que permitía al motor lanzar los 1.450 kilos que pesaba todo el conjunto hasta los 100 km/h desde parado en 5,5 segundos, completar los 400 metros con salida para en 14,1 segundos y completar el kilómetro, también con salida parada, en 25,9 segundos.

Obviamente, la estructura se había reforzado, se instalaron suspensiones especialmente puestas a punto, dirección más rápida, frenos más potentes y un innovador ABS de Bosch con una programación especial para conducción deportiva.

Prestaciones e imagen suficientemente deportivas para hacer frente al Mitsubishi Lance Evolution, y durante muchos años lo hizo, dando lugar a un enfrentamiento que todavía crear acalorados debates.