smart nace con la premisa de crear vehículos urbanos y prácticos en el cada vez más congestionado tráfico de las grandes ciudades. Así nace a finales de los noventa el city-coupé (hoy fortwo, “para dos”) de la mano de Swatch y Mercedes-Benz. Más adelante la firma decide adentrarse en el segmento B con el forfour (“para cuatro”) de la mano de Mitsubishi y también se introduce en el mundo de los vehículos “halo” con un deportivo de reducidas dimensiones y peso. Este es nuestro coche del día, el smart roadster coupé.
Se trataba de la versión con más posibilidades de equipamiento del recién nacido deportivo de la marca. En él podíamos ver la filosofía de diseño del resto de sus productos con la célula de habitabilidad Tridion en color contrastado con los paneles plásticos de la carrocería (aunque para este modelo existen paneles de chapa) de la carrocería. El habitáculo por su parte también mostraba detalles de diseño propios de la firma como unos indicadores adicionales giratorios en los que se muestra la presión del turbo y la temperatura.
La mayor diferencia con sus hermanos de gama era el techo, en el caso del coupé se añadía una “bóveda” acristalada que aumentaba la capacidad de carga del coche y que al mismo tiempo reducía el arrastre aerodinámico del mismo. Muestra de ello es que siendo más pesado que las versiones menos equipadas logran una velocidad punta mayor con la misma motorización (175 km/h por 172 km/h del “normal”).
Esto me lleva a hablaros del “descomunal” motor que equipaba este coche, solo seleccionable con los motores más potentes de la gama y asociado siempre a una caja de cambios robotizada de dudoso manejo. El motor era un tricilíndrico sobrealimentado mediante turbocompresor de geometría fija, es decir, los álabes del turbo no se adaptan a la carga del motor; como consecuencia tiene bastante retraso al hora de pisar el acelerador. Este era capaz de desarrollar 82 CV en su versión más modesta para el Roadster Coupé y 101 CV en las versiones Brabus.
¡¡¡Todo ello salía de 698 centímetros cúbicos!!!
El propulsor no era demasiado asombroso pero, sólo debía mover 865 kg. Razón esta por la que debería ser un juguetito. De hecho, lo es. Pero ha pasado sin pena ni gloria, convirtiéndose en una mera anécdota de “cuando smart jugaba a ser Lotus”.
Como curiosidad, añadir que se fabricaron 10 unidades de un smart roadster coupé desarrollado por Brabus con un motor V6 biturbo (dos bloques originales juntos), capaz de desarrollar 170 CV de fuerza y que hoy es una auténtica pieza de coleccionista.
Carlos Pascual
El olor a lubricantes y gasolina quemada han atraído a Carlos desde su niñez, por ello decide consagrar su vida a los coches: una forma de comunicarse, de disfrutar, de vivir.Me hace gracia lo de que el v6 es hoy una pieza de coleccionista. Como si alguno hubiera acabado en manos privadas. De los 10 que hicieron, solo existen 2, uno lo tiene Smart y el otro Brabus en la recepción de su fabrica
Tengo uno, en mi caso el que no tiene bóveda de cristal. No es un coche para hacer 0-100 brutales, pero es divertido a rabiar. Un saludo.