Allá por el año 1956, cuando explotó el conflicto del Sinaí, el propietario por entonces de Simca, Henri Pigozzi, fue un visionario. Previendo la escalada del precio del crudo a causa de dicho conflicto, tuvo la gran idea de ampliar la gama por debajo con vehículos económicos para compensar la bajada de ventas de los modelos más grandes. La empresa estaba participada por Ford y Fiat, Chrysler empezaba también a coquetear con ella. Fiat colaboró en el diseño y se realizaron dos proyectos, el de Fiat se llamó 122 y el de Simca recibió el nombre de proyecto 950; después de cuatro años, en 1960 y tras sucesivas mejoras y maquetas se eligió el proyecto de Simca.
Ya en las primeras pruebas surgió el primer problema: al ser un “todo atrás” tenía serios problemas de estabilidad lineal así que pidieron ayuda a los italianos de la mano del ingeniero Felice Mario Boano, que tenía la puesta a punto de numerosos Ferrari de la época como uno de sus trabajos. Fue el primer modelo de la marca en utilizar la nomenclatura numérica.
Su puesta de largo se produjo el 10 de octubre de 1961 en el Salón de París con dos invitados de lujo: el presidente francés Charles de Gaulle y el Sha de Irán Mohammad Reza Pahlevi. El interior tenía claras reminiscencias de Fiat, como su velocímetro. Mostraba una línea clásica cuadradota aunque con un buen ajuste de los tres volúmenes; tanto la delantera como la trasera resultaban visualmente pesadas por su aspecto cuadrado. Era un coche pequeñito, pues sólo medía 3.797 mm de largo y 1.485 mm de ancho, solo apto para cuatro personas pero con la ventaja de tener un suelo plano. El maletero situado en la parte delantera era pequeño -180 litros- y de distribución irregular.
Aunque los ingenieros italianos y franceses no se llevaban muy bien, este modelo adoptó muchas soluciones técnicas del Fiat 600, como el soporte del cambio, la dirección de tornillo sin fin, sistema de frenado de cuatro tambores o la suspensión independiente con brazos oscilantes en el eje trasero; en el eje delantero llevaba un ballestón transversal. El motor tetracilíndrico de 944 cc estaba en disposición trasera longitudinal inclinado 15 grados a la izquierda y generaba una potencia de 34 CV, pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 125 km/h en condiciones favorables. Su fuerza se transmitía a las ruedas a través de una evolucionada caja de cambios de cuatro velocidades sincronizadas y en la que colaboró Porsche en su diseño.
En 1963 se potenció hasta los 39 CV y dos nuevas versiones, una más básica, el Simca 900, que en España usaba un bloque de 944 cc y 38 CV, y otra superior, el Simca 1000 GL, mirando de reojo al R8 que estaba a punto de aparecer. Este año fue muy importante, pues se fabricaron 168.000 unidades, la mayor producción de su historia. El Simca Abarth 1150 llevaba un motor de 1.137 cc con potencias de hasta 85 CV con los que alcanzaba los 170 km/h, y es una pieza codiciada por coleccionistas. En 1965 apareció la versión GLS con asientos delanteros reclinables -por fin-, un nuevo salpicadero y con una única oferta mecánica de 39 CV.
Se hicieron progresivas mejoras en equipamiento y motorizaciones que serían largas de enumerar. En 1976 llegó su última actualización y en 1978 llegó su sustituto: el Talbot Horizon. La gente más joven del lugar conocerá más este modelo -aunque sea de oídas- por una popular canción de finales los 80 del grupo “Los Inhumanos”. Con motivo del 30 aniversario de la canción, se hizo un videoclip retronostálgico que amenizará esta entrada a los más veteranos:
Si queréis ampliar información, un artículo que publicamos en 2016 os lo cuenta todo sobre el Simca 1000.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS