SEAT es muy dada a bautizar a muchos de sus modelos con el nombre de ciudades españolas, véanse los Ibiza, Málaga o Toledo, incluso en el caso del nuevo Tarraco con el de urbes que pertenecieron al antiguo Imperio Romano y que en la actualidad es la Tarragona que todos conocemos. Pero a diferencia de sus otros modelos, la ciudad de Tarraco ya tuvo un uso en el pasado para darle nombre a un vehículo, y ese es nuestro protagonista de hoy, el Siata Tarraco.
S.I.A.T.A, de Società Italiana Applicazioni Transformazioni Automobilistiche, era fundada en 1926 por Giorgio Ambrosini, empresario y aficionado a las carreras de coches, con la intención de crear kits de preparación para vehículos especialmente de la casa Fiat, al igual que harían Abarth y otros preparadores de la época. Para finales de 1948 el preparador turinés además se convierte en fabricante de sus propios modelos, creando verdaderas joyas como el Siata Coupé de 1953 o el Siata 300 Barchetta Sport Spider de 1952.
Es en 1960 cuando varios empresarios catalanes llegan a un acuerdo con el que ya era dirigente de la empresa italiana, el hijo de Ambrosini, para fundar una filial en nuestro país con sede en Barcelona y fábrica en Tarragona. La intención era recrear diferentes versiones empleando automóviles de SEAT, entre ellos el Tarraco, donde emplearían el bastidor autoportante del pequeño utilitario español, el SEAT 600, aunque cubriéndolo con una carrocería coupé de nueva factura, además de aplicar diferentes cambios en el bloque motor para conseguir mejoras a nivel prestacional.
El Siata Tarraco nace bajo la dirección de la filial española de la marca italiana, empleando como base al utilitario de moda del momento, el SEAT 600
Pues bien, Siata Española S.A., nombre que adoptaría la nueva empresa, firma un acuerdo con la marca española para que esta empezara a darle servicio mediante los mencionados bastidores, motores, etc. En los primeros compases de aquella unión SEAT no conseguía dar abasto en los pedidos que le solicitaban, además de Siata, otras marcas que también recreaban versiones sobre los pequeños SEAT 600, amén de la demanda propia del modelo base.
Con este escenario Siata decide empezar a aceptar encargos por parte de clientes que poseían un SEAT 600 y deseaban hacer la reconversión que ofrecía la filial española de la marca transalpina, por lo que la mayoría de los Tarraco son diferentes, ya que Siata daba multitud de opciones en cuanto a acabados o exigencias propias del cliente. Era una forma de diferenciarse de los demás.
En aquellas transformaciones el propulsor era llevado desde los 633 cc originales hasta los 735 cc, siempre asociado al cambio de cuatro relaciones original de los 600, logrando incrementar la potencia hasta en 10 CV.
El precio de aquel coupé era bastante más elevado que el de un 600 convencional, por lo que muchos clientes por encargo pedían únicamente la preparación de motor que la marca ofrecía para instalarla en sus 600 al uso. Para hacernos una idea, un Siata Tarraco 750 tenía un precio final de unas 129.000 pesetas de la época, y el SEAT 600 coetáneo desde el que partía no llegaba a las 70.000 de las pesetas.
Además de la transformación en la carrocería y un interior renovado con nuevos elementos, el Siata Tarraco 750 disponía de una preparación en su propulsor que incrementaba su potencia hasta en 10 CV
Dese aquel 1961 se empezaron a comercializar las primeras unidades de la variante Tarraco 750, pero con la llegada del 600 D, el cual portaba un propulsor llevado hasta los 767 cc, Siata España creó una versión nueva, el Siata Tarraco 850, en el que el bloque proveniente del 600 D se modificaba consiguiendo alcanzar una cilindrada final de 843 cc, con una potencia máxima en torno a los 32 CV.
Esto fue a partir de 1965, y hasta prácticamente 1971 se mantuvieron ambas versiones dentro de la gama de la filial española, aunque esta cerraría sus puertas definitivamente en 1973.
A nivel de equipamiento y acabado, el Siata Tarraco en cualquiera de sus variantes compartia cotas en lo referente a batalla, aunque tanto su carrocería con voladizo delante y detrás, como la mayor superficie acristalada, daban sensación de un automóvil de mayor prestancia que un SEAT 600 en cualquiera de sus variantes.
A ello se le unía una mejor calidad de acabados, con un cuadro de instrumentos más completo y una amplitud interior mayor, donde podrían viajar cuatro adultos sin demasiados problemas. El escudo de SEAT seguía presente en el frontal, aunque el logo de Siata también tenía presencia en varios puntos del automóvil.
A lo largo del periodo en el que se mantuvo la fabricación, se construyeron alrededor de 598 unidades, 475 del Tarraco 750 y el resto de la variante 850, no cumpliendo con las expectativas de la marca italiana y su filial española en cuanto a objetivo de ventas.
En la actualidad, según el Museo de SEAT, solo hay constancia de dos unidades en funcionamiento y de otras 12 que se encuentran repartidas por todo el país en diferente estado y forma, por lo que el Siata Tarraco es uno de los automóviles más exclusivos que se hayan construido en nuestro país, tanto por unidades fabricadas como por las que pudieran quedar en la actualidad.
Podéis pasaros por el grupo de Facebook SIATA Española, del que han salido algunas de las imágenes que ilustran este artículo, para más información.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.Buenas tardes. Estoy recabando información en internet sobre Giorgio Ambrosini, fundador de Siata en 1926. He localizado su fecha y lugar de nacimiento (1890, en la ciudad de Fano), pero no logro encontrar el lugar ni la fecha de su fallecimiento.
¿Alguien sabe de alguna fuente bibliográfica de la que obtener este dato?
Buenas. Hay un libro con la historia de Siata en España, tal vez te sirva: “Siata Española . Historia de la factoría SIATA de Tarragona” de Jaume Cabot, editorial Arola Editors S.L. (2017)