El SEAT Bolero 330 BT fue un prototipo presentado por la marca española en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1998. Se encuadraba en la categoría de las berlinas medias, concretamente como un sedán coupé de cuatro puertas. Este prototipo dio a conocer el nuevo logotipo de la casa, con una “S” de líneas más redondeadas y con una banda central menos que en el anterior. Este logo se haría extensivo a toda la gama en 1999.
SEAT llevaba largo tiempo detrás de subir el listón en su gama, un modelo por encima del Toledo. Ofrecería una berlina de gama alta de aspecto y comportamiento deportivos con un nombre de similitud fonética a Toledo, acertando con el término Bolero. Al año siguiente, se presentó el SEAT Salsa, otro prototipo encuadrado en el segmento de los compactos, y que nos acabaría dando las pistas estilísticas del León de segunda generación.
El prototipo gozó de gran aceptación en cuando fue mostrado en Suiza, brillando con luz propia gracias a su soberbia estampa de sedán de cuatro puertas. Incluso se le dio luz verde al proyecto para empezar la producción en serie, con la intención de que el modelo de pre-serie llegase en el año 2000. Muchos lo consideraron como el mejor vehículo conceptual hecho por SEAT hasta el momento. Por desgracia, el proyecto se canceló.
El SEAT Bolero 330 BT podía haber sido un digno sucesor del Toledo (1L), subiendo a la vez de categoría. Su aspecto destilaba poderío y marcó elementos de diseño de futuros modelos como el Toledo (1M) y el León (1M), con una digna planta mecánica: un V6 de litros y 330 CV, de aquí su apellido
Cabe destacar una anécdota curiosa en el citado Salón de Ginebra: un jeque árabe que estaba visitando el salón se quedó tan prendado del SEAT Bolero que pidió precios y, acto seguido, solicitó reservar al entonces presidente de SEAT, Pierre Alain de Smedt, la nada despreciable cantidad de 300 unidades. Este era solo un ejemplo de la magia que desprendía este prototipo, queriendo todos que llegase a las calles.
De sus tres cotas las que más llamaba la atención era la anchura, con 1.840 milímetros, que le otorgaba un gran espacio para los hombros, sobre todo en la fila trasera. Su longitud era de 4.520 milímetros y la altura de 1.380 milímetros. La batalla alcanzaba los 2.650 milímetros. El maletero ofrecía una discreta capacidad de 400 litros. Lo más destacable de su diseño eran la ausencia del pilar B y la apertura singular de las puertas traseras, que se abrían gracias a unos sensores de proximidad.
La rigidez estructural del conjunto chasis-carrocería se puso a prueba en diferentes situaciones, demostrando ser un trabajo bien hecho. Por eso, a nivel mecánico ofrecía un V6 de 2,8 litros biturbo de gasolina que entregaba 330 CV -de aquí su apellido 330 BT-, lo cual auguraba unas prestaciones de infarto, con una velocidad máxima estimada de 270 km/h. El SEAT Bolero 330 BT también incorporaba un sistema de tracción integral permanente, complementado con un cambio de tipo secuencial.
A bordo, el cuadro de instrumentos era mixto, con cuatro relojes analógicos; el cuentakilómetros era digital. Varios de los rasgos mostrados en el Bolero 330 BT, fundamentalmente el frontal, fueron adquiridos por los modelos de la firma de Martorell de finales de los 90 y principios de los 2000, tales como la segunda generación del Toledo y la primera del León, ambos con el código interno “1M” y basados en la plataforma del Volkswagen Golf coetáneo (1J), a su vez base del Audi A3 (8L) y el Škoda Octavia (1U).
Unos años después se especuló con su renacimiento como sustituto del Toledo de tercera generación (5P) a causa de sus bajas ventas. Volkswagen, por entonces ya propietaria de SEAT, dio su consentimiento para la fabricación de un modelo sustitutivo de este modelo, tomando como base el Audi A4 (B7). El nuevo vehículo naciente cambió de nombre, denominándose SEAT Exeo.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS