El Savage Rivale Roadyatch GTS es un vehículo de elevado carácter deportivo creado por dos estudiantes holandeses, Justin de Boer y Emile Pop. Su producción fue muy, muy limitada, pues solamente se construyeron 20 unidades. Se presentó en la edición de 2009 del elitista y exclusivo salón Top Marques Mónaco. Su apellido significa literalmente “yate de carretera”. Fue precedido por el Savage Rivale Roadyacht GTS Concept.
Aunque no lo parezca a simple vista, es un GT convertible de cuatro puertas, las delanteras con sistema de apertura de mariposa y las traseras de tipo suicida, aparte de un techo retráctil. Estos peculiares elementos nos hacen suponer que su peso final va a ser elevado por los refuerzos de carrocería que conlleva -con un chasis fabricado en una aleación de acero al cromo-molibdeno-, pero la realidad es que ronda los 1.300 kg en la báscula.
A este yate de cuatro ruedas convertible se accede por cuatro puertas, dos con apertura de gaviota y dos con apertura suicida, con el cielo como techo si así se desea
El techo está organizado en varios paneles de vidrio reforzado con fibra de carbono activado mediante un sistema telescópico, de forma que dichos paneles se superponían entre sí mediante un sistema de control eléctrico y se apilaban dentro de un espacio en el maletero destinado a tal fin. Sus dimensiones son 4.530 mm de largo, 1.998 mm de ancho y 1.156 mm de alto, con una batalla o distancia entre ejes de 2.700 mm.
Para vestir su interior se utilizaron materiales como el aluminio, la fibra de carbono y piel combinada con tejido Alcantara presente sobre todo en unos asientos calefactados y dotados de diferentes regulaciones eléctricas. Adelantado a su tiempo, todos los sistemas de control y mantenimiento se realizan a través de una pantalla táctil. Se intentaba transmitir la aureola de lujo, confort y distinción de los yates recreativos de alto nivel, pero con cuatro ruedas.
Su corazón inicial iba a ser el LS7 V8 7.0 procedente del Chevrolet Corvette Z06, pero la elección final cayó en un propulsor V8 sobrealimentado con un compresor volumétrico y doble intercooler de 6,2 litros, derivado del que impulsa al Chevrolet Corvette ZR1 y que genera 670 CV de potencia y 730 Nm de par máximo.
Con ellos consigue alcanzar los 100 km/h desde parado en 3,4 segundos y los 300 km/h en tan solo 35 segundos; su velocidad máxima es de 330 km/h. Esta potencia se transmite a las ruedas traseras a través de una caja de cambios automática de seis velocidades, y ofrece un consumo mixto homologado de 9,4 l/100 km.
Con un motor 6.2 V8 sobrealimentado procedente del Chevrolet Corvette ZR1 genera una potencia de 670 CV y 730 Nm de par que lo empuja hasta los 330 km/h y alcanza los 100 km/h en 3,4 segundos
El esquema de suspensiones es de paralelogramo deformable en ambos ejes, con un conjunto muelle/amortiguador regulable con tres diferentes niveles de dureza, y un sistema que permite elevar el eje delantero hasta 40 mm para salvar obstáculos como pequeños bordillos o rampas de acceso a aparcamientos.
Los frenos están a la altura, con discos de 380 mm de diámetro delante y pinzas monobloque de ocho pistones, mientras que detrás el diámetro disminuye hasta los 355 mm y las pinzas son de cuatro pistones. Calza neumáticos Toyo de medidas 255/25 20 delante y 325/25 20 detrás. El escape está fabricado en titanio.
A principios de 2012 se realizó una evolución del Savage Rivale Roadyatch GTS que se cristalizó con el nombre de Savage Rivale GTR. Su motor se potenció en una franja de potencia entre los 700-800 CV, que junto a su chasis de fibra de carbono conseguían bajar el peso hasta los 1.020 kg.
A esta dieta le añadimos un estruendoso escape libre y una decoración específica nos encontramos con un superdeportivo de aspecto agresivo y dotado de una cierta distinción. La intención era fabricar 69 unidades a un precio de partida de aproximadamente 141.000 euros, justificables por su velocidad máxima de 360 km/h y 2,8 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado. Ojo, y es matriculable.
No se volvieron a tener noticias de él hasta el Salón del Automóvil de París de 2016. El fabricante holandés contaría como socio a la compañía japonesa GLM -especializada en la fabricación de productos eléctricos- que sería quien asumiese la responsabilidad de retomar un proyecto tan ambicioso.
¿Qué podemos esperar de un fabricante de sistemas eléctricos? Pues un propulsor eléctrico que sustituiría al fiable pero vetusto y contaminante motor de combustión 6.2 V8, subiéndose al carro de la electrificación emprendida por todos los fabricantes de automóviles, incluidos los de estos deportivos de élite.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS