Coche del día: Peugeot 207 RC

Coche del día: Peugeot 207 RC

La versión deportiva del 207 tuvo que lidiar con una competencia realmente preparada


Tiempo de lectura: 4 min.

Hay ocasiones en las que un fabricante se juega el tipo con una sola versión. No importa que el modelo que recibe dicha versión sea un éxito tanto de crítica como de ventas, las coas se pueden ir al traste en un santiamén. Eso es lo que ocurre con Peugeot y con las versiones deportivas de sus modelos más populares, como es el caso del Peugeot 207 RC, un coche que arrastraba la herencia del mítico 205 GTi, del 206 GTi y además, del Peugeot 206 RC.

Cuando la firma francesa lanzó al mercado el 207 RC, las cosas no eran tan fáciles como en el caso del 205 GTi, pues el mercado rebosaba de versiones muy deportivas. El 207 RC se la tenía que ver con el Opel Corsa OPC, con el MINI Cooper S, el Renault Clio RS también estaba presente, al igual que el SEAT Ibiza Cupra. Es decir, la competencia había aumentado tanto en número como en capacidades y no valdría con ser, “simplemente” bueno, había que ser muy bueno.

El caso es que Peugeot suele hacer las cosas muy bien cuando se trata de versiones deportivas y se notó, como cabría esperar, con el 207 RC. Tanto en el caso del Peugeot 206 como con el Peugeot 207, la marca no empleó la denominación GTi para sus versiones más deportivas, pero curiosamente, fueron los dos únicos modelos en lucir las siglas RC para sus variantes más prestacionales. Cuando se lanzó el Peugeot 208, el GTi era el máximo exponente en cuanto a deportividad y además, tan solo durante una generación del modelo, aunque esto es harina de otro costal.

peugeot 207 rc (3)

Uno de los detalles que destacaban en el Peugeot 207 RC, era su contención estética. No había muchos detalles que delataran que se trataba de una versión diferente a cualquier otra de la gama, al contrario de, por ejemplo, el Corsa OPC o el Clio RS, dos coches que gritaban su condición constantemente. Peugeot era más sutil y apenas añadía cosas como unas llantas específicas, molduras de la carrocería pintadas en el mismo tono que el resto del coche, un terminal de escape algo más llamativo y poco más. Si mirabas en el habitáculo, tampoco notarías grandes cambios más allá de unos pedales y un poco del selector del cambio metálicos y unos asientos más envolventes.

Lo que daba razón de ser al Peugeot 207 RC no estaba a la vista. La suspensión, por ejemplo, era más rígida, con muelles y amortiguadores específicos para la versión, un eje trasero –una barra de torsión– un 30% más rígido que en el caso del 207 THP con 155 CV y delante, montaba una unión más rígida entre la parte baja del buje y el triángulo inferior que sujetaba la rueda al chasis.

El motor, el corazón del Peugeot 207 RC, se compartía en este caso con el MINI Cooper S, pues se trata del resultado de un desarrollo conjunto entre PSA y BMW Group, por eso, también se podía encontrar en otros modelos de Peugeot-Citroën en diferentes versiones –como el mencionado 207 THP–. Era, concretamente, un cuatro cilindros turbo –un Borg Warner con doble entrada– con intercooler y 1.598 centímetros cúbicos, capaz de rendir 175 CV a 6.000 revoluciones y 240 Nm de par entre 1.600 y 4.500 revoluciones, con una función overboost que aumentaba la cifra hasta los 260 Nm durante unos instantes. El cambio era manual de cinco relaciones y enviaba la potencia, obviamente, a las ruedas delanteras.

peugeot 207 rc (4)

Con un peso total de 1.325 kilos, no era un coche ligero, pero eso no impedía que fuera rápido. Peugeot homologaba 220 km/h de velocidad punta, un 0 a 100 km/h en 7,1 segundos, los 1.000 metros con salida parada en 27,8 segundos, mientras que los primeros 400 metros también con salida para se hacían en 15,10 segundos.

El precio en España, en julio de 2007, era de 22.160 euros. Hoy puede parecer barato, pero no lo era en su momento.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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