Si nos remontamos a la primera generación del Vectra (A), tal vez muchos recordemos aquellas versiones deportivas que conformaban una gama sugerente con integrantes como el Turbo 4×4, el 2000 16V y el posterior GT. Para la segunda entrega de la berlina alemana (B) se dejó a un lado deportividad tal vez en busca de la eficiencia con la expansión de los motores ECOTEC y la llegada de la inyección directa, quedando como tope de gama un refinado 2.5 V6 de “solo” 170 CV.
En la tercera generación se recuperó algo de aquel carácter, y no solo por ofrecer motores potentes, sino que se decidió otorgarle a la carrocería de cinco puertas una estética deliberadamente deportiva. Así nacio el Opel Vectra GTS que nos ocupa hoy. Sobre una plataforma totalmente nueva se presentaba en 2002 la versión sedán de cuatro puertas con una estética rompedora frente a su antecesor, que transmitía robustez gracias a su elevada línea de cintura o los marcados pasos de rueda.
Crecía en todas sus cotas con respecto al Vectra B, especialmente en la anchura que rozaba ahora 1,8 metros. Por su parte, la longitud aumentaba hasta 4,6 metros y la altura se elevaba 4 centímetros para situarse entre los más altos de la categoría. A pesar de todo, seguía siendo una berlina de corte clásico dirigida a tranquilos padres de familia que no buscaran emociones al volante.
Eso cambió meses más tarde con la llegada de la carrocería de cinco puertas denominada GTS, fuese cual fuese el motor que le acompañase; la cosa fue ya diferente con el lavado de cara de 2005. Recibía un diseño con más espíritu RACER basado en paragolpes modificados, delante con una entrada de aire más grande y faros antiniebla redondos, y detrás con los bajos pintados y salida de escape ovalada (una a cada lado en el caso del V6).
También eran distintos los faros, ahora con fondo oscurecido, mientras que las llantas de aleación contaban siempre con 17 pulgadas. Remataban el conjunto un pequeño alerón sobre el portón o los bajos laterales pintados en el color de la carrocería. El interior variaba frente al Vectra sedán en los asientos más deportivos forrados en cuero y tela, volante de tres radios, aspecto metálico en la consola central e instrumentación con molduras cromadas.
Elementos que realzaban la ya de por sí buena disposición interior del Vectra, con un salpicadero de diseño sobrio y ergonómico compuesto de materiales de buena calidad y mandos de agradable tacto, por lo que la sensación general en el habitáculo transmitía solidez. A esto se unía una habitabilidad correcta que destacaba más por anchura en todas sus plazas que por espacio para las piernas atrás, mientras que la altura aquí se veía mermada en el GTS debido a la caída del portón. Eso sí, se mantenían los 500 litros de capacidad de maletero.
La gama de motores del Vectra GTS estaba compuesta por un diésel 2.2 de 125 CV, un gasolina también 2.2 con 147 CV, y la joya de la gama, este 3.2 V6 al que nos dedicamos hoy. Estrenado en el Omega con 218 CV, para el Vectra se redujo la potencia hasta los 211 CV, la misma cifra de aquel Omega MV6 de 1994. Sin embargo, la marca del rayo declaraba que se convertía en el Opel más rápido jamás fabricado teniendo en cuenta su velocidad máxima registrada de 248 km/h.
Eso sí, atendiendo a las cifras de aceleración, el GTS V6 no conseguía rebajar los 6,8 segundos que empleaba en el 0 a 100 km/h el explosivo Vectra Turbo 4×4 de los 90, conformándose con 7,5 segundos, algo más también que un Ford Mondeo ST220. Lograba rebajar los 29 segundos en la aceleración 0-1.000 metros, pero mostraba su poderío gracias a su elevada cilindrada y considerable cifra de par a la hora de recuperar velocidad con contundencia en cualquier rango de revoluciones.
El GTS V6 estaba disponible tanto con transmisión manual como con una caja automática secuencial de cinco relaciones denominada ActiveSelect
Otro salto evidente con respecto a la generación anterior, y mejorando también al cuatro puertas, era el comportamiento. La suspensión rebajada 20 mm y un tarado más firme le conferían una estabilidad notable con un perfecto equilibrio entre eficacia y comodidad. De reacciones ágiles aunque predecibles, quizá no alcanzase la excelencia del Mondeo o las sensaciones de un Alfa 156, y salvo que pretendiéramos exigirle al maximo en zonas reviradas, el Vectra no presentaba pegas en ese aspecto.
Como casi cualquier berlina potente con motor V6 gasolina, el consumo de combustible resultaba elevado, con una media homologada de 9,8 litros cada 100 kilómetros. Al menos nos podíamos contentar con el ajustado precio de partida de esta versión. Costaba 27.760 euros cuando fue lanzado, el equivalente a 38.000 euros de hoy.
No parece poco, pero suponían 2.000 euros menos que el mencionado Mondeo ST220 o 5.000 euros si lo comparabámos con un Volkswagen Passat 2.8 VR6 de 193 CV. Es cierto que entre el equipamiento de serie del GTS había algunas carencias, pero podíamos personalizarlo a base de opciones como los faros bixenón adaptativos, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, navegador o techo solar.
Como decía más arriba, con el facelift de 2005 el Vectra cinco puertas perdió su esencia deportiva al asimilarse con el resto de la gama, si bien ganó en variedad mecánica con la llegada de versiones Turbo gasolina o V6 en diésel. Aunque fuese un coche muy equilibrado en general, le faltó ese toque sport que hizo del Vectra GTS un modelo especial y sugerente como vehículo familiar, muy en la línea del tuning de serie que se estila hoy en día (ST Line, R-Line, Pack M, etc).
Calcula cuánto cuesta asegurar un Opel Vectra con nuestro comparador de seguros.
Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.Pero la pregunta es, ¿gira?Jeremy Clarkson decía que no…
El Vectra B tuvo una versión más potente, la i500, mismo motor 2.5 V6, con 195cv, la cual no se comercializó en España, al igual que la primera versión OPC, en el Astra G.
Cuando se habla de berlinas generalistas y potentes de esas que surgieron mediados de la década del 00 suele ser la gran olvidada junto a mi “querido” Mazda 6 MPS, pero como bien se ha comentado en el artículo por ese precio no había nada con esa motorización y potencia, aún con todo fue un coche algo denostado.