Sin pretenderlo o hacerlo conscientemente, varios de los últimos coches de los que he escrito en esta sección de Coche del día fueron lanzados en 1995, así que hoy estarían celebrando sus Bodas de Plata los Opel Vectra (B), Peugeot 406, Fiat Brava (182) o Kia Sportage (JA/NB-7). En el caso concreto de esta Mercedes-Benz Vito, a la que le dedico estas líneas, sí que lo hago para conmemorar el 25 aniversario, y no por el modelo en sí, que también, sino por su importancia en la industria de nuestro país.
Y es que en octubre de aquel año 1995 comenzó su producción en la planta que la marca de la estrella tenía en Vitoria (de ahí el nombre de Vito). Esto no supone en sí mismo una novedad, pues sabemos que en España hay varias factorías automovilísticas, pero la llegada de la nueva furgoneta de Mercedes a la capital vasca supuso una enorme inversión en aras de la modernización de la fábrica que funcionaba desde 1954 ensamblando furgonetas DKW. Pasó a ser propiedad de Mercedes en 1981, y desde 1988 fabricó las MB 100-180, predecesoras directas de la Vito.
Frente a estas y la mayoría de furgonetas de la época, la Vito destacaba por un enfoque más de turismo, por decirlo de alguna manera. Llegó en plena época de efervescencia de los monovolúmenes siguiendo un poco la línea de la Volkswagen Transporter (T4) o Citroën Jumpy y Fiat Scudo basados en los Evasion y Ulysse. En el caso de Mercedes-Benz la estrategia sería a la inversa, pues la Vito daría lugar al primer monovolumen Premium, el Clase V aparecido unos meses después.

Aunque ahora tanto el Clase V como el Vito se ofrecen con varias longitudes, aquella primera generación (W638) apareció como versión única. Tenía una longitud de 4,66 metros (algo por debajo de la VW T4) con 3 metros de distancia entre ejes, 1,88 de anchura y una altura de 1,84 metros. Estaba disponible como versión de pasajeros con hasta nueve plazas o caja cerrada, esta última con capacidad de hasta 4,8 metros cúbicos, admitiendo un peso máximo de 925 kilos.
La versión panelada (Van) tenía un estilo menos refinado que la versión de pasajeros
Su diseño depurado, con un bajo coeficiente aerodinámico de 0,34, fue en parte gracias a un capó bien marcado a diferencia de sus antecesoras, y en general la parte delantera seguía la línea de la marca fácilmente reconocible con la estrella de tres puntas presidiendo la parrilla. Por su parte, la zaga resultaba mucho más cúbica, ideal para una furgoneta con la que se busca la máxima capacidad de carga, pero no casaba tanto en su versión monovolumen.
Para mover a la Vito la marca de la estrella incluyó dos versiones diésel y un motor de gasolina, ambos de 2,3 litros. Las mecánicas de gasóleo se denominaron 108 y 110, con potencias de 79 o 98 CV contase o no con turbocompresor, respectivamente. Hablar de prestaciones en un vehículo como este está fuera de lugar, pero a todas luces el diésel más potente resultaba el más recomendable.

Los que buscaran buenas cifras tendrían que irse al V 280 con el motor VR6 de Volkswagen de 174 CV. El asunto de los consumos quizá fuese más relevante, sobre todo para el jefe que pagase el combustible. La Vito más frugal arrojaba una media de 8,8 litros cada 100 kilómetros. Con la llegada de la inyección directa se introdujeron los 2.2 CDI con 102 y 122 CV.
Nada que ver con las pretensiones de la marca con los Clase V actuales, mucho más lujosos. Como cualquier vehículo, las Vito han ido evolucionando, y así lo ha hecho también la fábrica de Mercedes-Benz en Vitoria. Hoy en día se trata de la segunda planta más importante en la producción de furgonetas, empleando cerca de 4.900 personas.
Cubre una superficie de 642.000 m² desde la ampliación efectuada en 2016. La producción de la Vito en 1995 comenzó con 80.000 unidades anuales, mientras que hoy salen de la capital alavesa 150.000 al año destinadas a casi todos los mercados mundiales. En suma, han sido más de dos millones de furgonetas en estos 25 años.

Con la actualización de 2020 el aspecto más destacado pasa por la llegada de la eVito Tourer con motor eléctrico y una autonomía de 421 kilómetros, así como el Mercedes-Benz EQV, según la marca el primer monovolumen Premium alimentado por baterías.
Asimismo, salen de las líneas de montaje de Vitoria los bloques de la eficiente familia de motores diésel OM 654 que poco tienen que ver con aquellos 2.3 de 1995. Veinticinco años son muchos en cualquier caso y podemos ver la evolución de la industria del automóvil durante todos ellos con esta Mercedes Vito que ha sabido adaptarse a las nuevas tendencias para seguir siendo la reina de las furgonetas. Os dejamos con una breve galería con fotos de su fabricación, como homenaje a esos miles de trabajadores que fueron parte indispensable de esos logros:
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Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.Lo cierto es que es una furgoneta, sí, pero desde que salió al mercado me ha llamado la atención su cuidada estética. Por supuesto que las siguientes evoluciones me han parecido un acierto y acercando mucho su diseño (salvando las distancias) al de sus hermanos de gama no comerciales. De hecho la última iteración de la Vito, me parece sencillamente preciosa, siendo la furgoneta que es.
Un saludo.