Estamos a principios de 1981, y el vetusto pero simpático Dyane de Citroën está viviendo sus últimos años de carrera comercial. Por eso, no es de extrañar que Citroën Hispania decidiera sacar una serie especial para revitalizar sus ventas: el Citroën Dyane 6 Capra. En ese año, la gama de Citroën en nuestro mercado contaba con un buen puñado de modelos pequeños en su gama además del Dyane: el 2CV, el Méhari, el Visa y la furgoneta Dyane 6/400 (Acadiane en el resto de mercados), mientras que el LNA llegaría a la fábrica de Villaverde un poco más tarde, si bien en otros países de Europa ya estaba disponible.
Las series especiales fueron muy populares en los años ochenta, aunque ya existían algunas a finales de los setenta. En el caso concreto de Citroën, la primera de todas nacería en 1976, el 2CV Spot, obra de Serge Gevin, dotado del motor del 2CV4 (435 cm³) y pintado en naranja y blanco. El Dyane 6 Caban le seguiría en 1977, con una elegante combinación de azul marino y blanco. Y en 1978 llegaría el GS Basalte (Basalt en Alemania, el mismo nombre de una variante del C3 actual para mercados emergentes), esta vez en negro y rojo. Aunque la serie especial más famosa de todas fue el 2CV Charleston, tanto que se ofreció finalmente como una versión de la gama más.
El Dyane 6 Capra contaba con las peculiaridades propias de los Dyane fabricados en Vigo para el mercado nacional. Esto incluye las ventanas delanteras descendentes, desarrollo del desaparecido Luis Zapatero y su equipo, y que montaron los Dyane españoles desde principio de los setenta, pero también los fabricados en Mangualde (Portugal) y los Dyane 400/Acadiane vendidos en todos los mercados (a excepción de las versiones Standard, con la caja cerrada y ventanas delanteras deslizantes). Otra de las características de los Dyane de nuestro mercado eran las ventanas traseras deslizantes, que tuvieron su réplica en los Dyane portugueses y en los Jyane del mercado iraní, cuestión del clima más caluroso de estos tres mercados (en el resto de países, las ventanas traseras eran fijas, al igual que en los 2CV). Y el mecanismo de apertura del portón trasero era la pieza giratoria que fue sustituída en los otros mercados (Portugal incluido) por un pulsador.
Capra hacía referencia, directamente, a la cabra montesa y, sin lugar a dudas, fue una edición limitada en honor a todos aquellos que apodaron al Dynae 6 como ‘la cabra’

Hasta aquí las peculiaridades de nuestros Dyane, pero la versión Capra ofrecía aún más detalles diferenciadores. Para empezar, su nombre, derivado del nombre científico de la cabra montés (capra pyrenaica). Un nombre quizá un poco extraño para cualquier otro coche, pero no para los Citroën de la serie A, que fueron apodados cariñosamente “la cabra” por su capacidad de meterse casi por cualquier sitio.
Pintado en Amarillo Mimosa, recibía detalles en negro en su frontal, en la capota de lona, en el tirador del maletero, en los paragolpes y en el retrovisor, que además es diferente al del resto de Dyanes “normales”. En negro también se encuentran los protectores tubulares de los pilotos traseros, más grandes que los de los otros Dyane por la sencilla razón de que el Dyane 6 Capra no montaba los pilotos del Dyane, ¡sino los del LN! Las llantas recibían también unos embellecedores de origen GS y con detalles en negro.
La discreción exterior no era un atributo del Dyane 6 Capra, pues tanto en las puertas delanteras como en el portón, Citroën puso unas enormes pegatinas con el nombre del coche. Y si los antiguos Jaguar mostraban con orgullo la figura del felino sobre su capot, en el Dyane 6 Capra hace lo propio… ¡una cabra! El interior presentaba unos asientos en contraste blanco y negro. El motor de 602 cm³ no recibía cambios con respecto al resto de Dyanes coetáneos.
En total se construyeron 600 unidades, que iban numeradas en el portón trasero. Al igual que con el Fiat 127 Rustica, se podría considerar al Dyane 6 Capra como uno de los precursores de los crossovers urbanos. Aunque a diferencia de éstos, este Citroën se podía adentrar sin ruborizarse en un terreno algo más escarpado, tal y como sugerían las fotos del catálogo de la época. Y seguía siendo, como decía el eslogan, un coche para gente encantadora.
Las fotos se han tomado de advdhorst.nl
Jesus Alonso
Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.Además de contar como era el auto, podrías publicar fotos