Cuando se lanza a una conversación automovilística el término “ descapotable “ surgen, al menos, dos visiones muy diferentes. Por un lado están aquellas que apuntan a la deportividad del término por eso de ir con la capota abierta, el viento y la estética menos recurrente. Sin embargo, también están aquellas que advierten sobre la falta de rigidez de una carrocería así frente a una cerrada. Algo que, de hecho, deja a los coches a cielo abierto en una franja más de ocio que de pura deportividad si atendemos a lo objetivo de la ingeniería. Así las cosas, la mezcla de deportividad con techo practicable siempre ha de abordarse con calma y precisión. Dos de las características puestas en el Audi S4 Cabrio de 2004. Tan potente como suave, sintetizando la calma que en verdad ha representado casi siempre el conducir sin nada por encima.
Y es que, aunque muchos tengan como referencia de descapotable al precioso Ferrari 250 California lo cierto es que ir en un deportivo así de brioso planteaba no pocos problemas. El primero era el carácter biplaza, pero sobretodo estaba cómo gobernar su V12 cuando muchos conductores poco prevenidos pensaban que no se encontraban más que dando un paseo bajo el sol del litoral. De esta manera, en el historial del modelo se hallan algunos accidentes fatales, incluyendo alguna que otra decapitación. Con todo ello, resultaba harto difícil convencer a cualquier conductor sin especiales ínfulas de piloto sobre las bondades de un descapotable.
Por ello, ya en los años cincuenta empezaron a popularizarse los llamados “descapotables de boulevard “. Es decir, modelos decididamente más recreacionales que deportivos destinados a pasear agradablemente con la familia durante los días libres. El coche perfecto para disfrutar de un viaje a la playa o la llegada de la primavera a la ciudad. Algo que por estos lares entendió muy bien Pedro Serra, responsable de carrozar de esta forma algunos SEAT 1400 realmente llamativos aún a día de hoy. Con todo este contexto, vemos cómo no ha resultado fácil que los descapotables encuentren su sitio en el mercado. No obstante, cuando lo hacen mezclando suavidad, potencia y practicidad suelen convertirse en verdaderos objetos de deseo. Justo el caso que concierne al Audi S4 Cabrio.
Con modelos como éste se concilian los principios de potencia y cierta deportividad con el disfrute en familia durante cualquier situación. Todo un logro teniendo en cuenta lo que históricamente ha significado circular a cielo abierto
Audi S4 Cabrio, un descapotable para usos diversos
Más allá de los Golf EOS, el Grupo Volkswagen necesitaba contar con un descapotable prestacional pero vendible. La respuesta a ello fue el Audi S4 Cabrio, ya que mientras su planteamiento es del todo usable gracias a las cuatro plazas reales y la seguridad de la tracción Quattro, bajo el capó esconde un motor V8 de 4,2 litros capaz de entregar hasta 344 CV unido a una caja de cambios automática o manual pero siempre de seis relaciones.
Eso sí, lo más sobresaliente de este propulsor es la suave y progresiva forma en la que entrega la potencia. Por ello, aún con todo ese caballaje el Audi S4 Cabrio se planteó como un modelo donde todo estuviera marcado por la facilidad y lo asumible. Es decir, no se trata de un deportivo brioso sino de un coche totalmente apto para disfrutar tranquilamente en familia durante un día despejado.
Justo el nicho de mercado al cual quería llegar el Grupo Volkswagen con este modelo, ofreciendo además una importante lista de mejoras en seguridad. Entre ellas destacan los aros de seguridad capaces de desplegarse automáticamente en caso de accidente, así como lo refuerzos de acero necesarios para dotar de mayor rigidez a una carrocería a cielo abierto.
A pesar de la gran potencia del motor, ésta se entregaba de una forma progresiva y muy suave. Sin estridencias, siendo por tanto un coche perfecto para relajarse al volante
Uno de los mayores problemas de los descapotables, los cuales suelen ganar peso respecto a las versiones coupé ya que han de contar con refuerzos para no convertir su comportamiento en algo parecido a pilotar sobre un flan. Y eso por no hablar del peso de la capota y el motor encargado de desplegarla en menos de medio minuto. Datos que realmente no pueden importar demasiado al llevar un Audi S4 Cabrio. En primer lugar por su sobrada potencia y en segundo porque aquí, lo más importante, es disfrutar más que correr.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS