Ya hablamos hace casi dos años de una versión civilizada del AM General M998 HMMWV o Humvee (más fácil de pronunciar). Su nombre comercial, Hummer H1. Hoy conoceremos al padre original, a la verdadera bestia que nació para fines militares, el HMMWV o High Mobility Multipurpose Wheeled Vehicle. El M998 HMMWV entró en servicio en 1984.
Este vehículo militar de cuatro plazas y plataforma de carga parecía más bien mitad coche mitad tanqueta, algo así como una monstruosa camioneta que no le temía a nada. El ejército estadounidense compró la nada despreciable cantidad de 100.000 unidades para dar servicio a sus diferentes cuerpos, ampliados hasta unos 230.000 repartidos entre la US Army (ejército de tierra) y los Marines (infantería de marina). También se vendieron un buen puñado repartidos por diferentes ejércitos de multitud de países.
A título de curiosidad, fue el actor Arnold Schwarzenegger quien convenció a los mandamases de AM General para que se comercializase la versión civil. Tristemente conocido en el conflicto de la guerra del Golfo de Irak, esta maquina se diseñó para combatir en cualquier rincón del planeta tierra sin amedrentarse ante nada. Se estreno por primera vez en las blandas arenas de los desiertos kuwaití e iraquí, sorprendiendo la rapidez con la que avanzaba en este medio. La posibilidad de regular la presión de los neumáticos desde el interior ayudó mucho a este rápido avance.
El ejércitoestadounidense compró cientos de miles de unidades, y se vendieron a numerosos ejércitos de distintos países a nivel mundial
No era un vehículo muy largo -4,6 metros, aproximadamente-, pero sí muy ancho, con 2,1 metros; la altura variaba entre 1,4 y 1,8 metros. El peso mínimo que marcaba en báscula era de 2.340 kg. Sus capacidades de todoterreno hacían palidecer a cualquier equivalente civil rodando por caminos y pistas forestales. Además, encajaba perfectamente en la panza de un avión Hercules de transporte.
Era capaz de vadear masas de agua o barro de hasta 90 centímetros de profundidad, subir escalones de 60 centímetros de altura o pasar por encima de una hilera de tres troncos de 40 centímetros de diámetro. Su manejabilidad era increíble gracias a su esquema de suspensiones y a su larga distancia entre ejes, con un diámetro de giro de 7,6 metros gracias a una dirección de recirculación de bolas y con 3,5 vueltas de volante de tope a tope.
No esperes lujos en su interior, pues sus cuatro asientos estaban realizados en resistente polivinilo, con aire acondicionado, elevalunas eléctricos y preinstalación de radio. Y ya está. Contaba con la ventaja de un acabado de calidad y de una fácil limpieza por fuera y por dentro con un buen manguerazo.
El chasis era de escalera, con largueros y travesaños construidos en acero formando un entramado y recubiertos por planchas de aluminio. El habitáculo estaba realizado en fibra plástica reforzada con fibra de vidrio. Existió una versión específica para la Marina, con un habitáculo totalmente estanco y tomas de aire para poderse sumergir en su totalidad; en otras palabras, un anfibio.
Su motor diésel de 6,2 litros de origen GM entregaba 150 CV, suficientes para mover con agilidad hasta los 114 km/h, de sobra en las zonas desérticas
Las unidades que sirvieron en el conflicto de Irak demostraron ciertas vulnerabilidades que se subsanaron con la instalación de dos diferentes kits de blindaje. Estos kits incluían puertas blindadas con cristales antibalas, unas placas montadas a modo de armadura en los laterales y en la parte trasera, así como un parabrisas antibalas. Todo este conjunto ofrecía una elevada protección contra amenazas balísticas y le añadía un sobrepeso que oscilaba entre los 450 y los 1.000 kg.
No se comieron mucho el coco a la hora de buscarle un propulsor para mover a este cruce de todoterreno y tanqueta. Acudieron a un inevitable V8, adecuado para mover cualquier artefacto grande con ruedas. De origen General Motors, con 6.217 cm3 y ¿solo? 150 CV a 3.600 RPM, se adaptó para funcionar con gasóleo. Desconocemos su valor de par máximo, pero sí el régimen al que lo ofrecía, a 2.000 RPM.
En posición delantera longitudinal, este V8 llevaba un bloque y una culata fabricados en acero. Contaba con un árbol de levas por cada bancada de cilindros y dos válvulas por cilindro. La alimentación era por inyección electrónica. Su consumo medio era casi de 21 l/100 km, aunque afortunadamente era gasóleo; no me imagino lo que podría beber si fuese gasolina.
La transmisión era una sofisticada e indestructible automática Hydramatic de tres velocidades, con tracción permanente a las cuatro ruedas. Además, llevaba asociada una caja reductora, un diferencial central y diferenciales en ambos ejes. El esquema de suspensiones contaba con brazos superiores e inferiores con amortiguadores y barra estabilizadora delante; detrás era igual, pero sin barra estabilizadora. Los frenos eran de disco en las cuatro ruedas, con 266 mm de diámetro.
Correr no corría mucho, en vista de la caballería disponible, peso y aerodinámica: 114 km/h y 19,5 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado. Se priorizó la aceleración y la agilidad para moverse por las arenas del desierto y demás superficies abruptas sobre la velocidad punta, un criterio con gran acierto por parte de los ingenieros.
Muchos de los AM General M998 HMMWV o Humvee acabaron llegando a manos de civiles tras realizar el ejército varias subastas a partir de diciembre de 2014, a un precio medio de 30.000 dólares. Si querías llamar la atención allá por donde fueses y moverte como pez en el agua fuera del asfalto, este era un candidato apropiado.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS