¿Cuántas veces habremos visto un coche que, supuestamente, es de una marca concreta, fabricado por otra bien distinta? SEAT, por ejemplo, fabricada únicamente modelos FIAT bajo licencia, mientras que Dacia hacía lo mismo con Renault en Rumania. Más cerca en el tiempo, no podemos pasar por alto el Škoda Superb, que era el Passat de batalla larga que Volkswagen vendía en China, el SEAT Exeo era en realidad un Audi A4 y, por poner otro ejemplo, el Mazda 2 Hybrid en realidad es un Toyota Yaris. Como si no supieran desarrollar sus propios coches, ¿verdad?
Obviamente, esas cosas ocurren por un motivo muy concreto, no son meras copias, es más, no son copias, son casi exactos unos a los otros, salvo detalles que introducen cada marca para diferenciarlos, y son un calco porque se ceden los derechos y los planos para que se puedan fabricar en otro lugar, con otro logotipo. Una forma de trabajar que ha dado lugar a coches realmente llamativos y muy raros, tanto como el Alfa Romeo Dauphine. Incluso el nombre de propio coche suena raro, pues, entre otras cosas, se trata de una denominación francesa en una marca italiana; se trata de un Renault fabricado por Alfa Romeo.
Si hubiera que señalar dos marcas que no se parecen en nada, Renault y Alfa Romeo serían algunas de las mencionadas en la lista, sin lugar a dudas. Sus personalidades son totalmente diferentes, los ajustes de sus coches, las prestaciones, el comportamiento… no hay nada que asemeje a las dos compañías y, sin embargo, llegaron a colaborar a este nivel tan particular, y no una vez.
No obstante, ahora nos interesa el Alfa Romeo Dauphine. Su aparición se debe al final de la Segunda Guerra Mundial, con Europa en plena reconstrucción. Alfa Romeo quería aprovechar la ocasión y expandirse por el Viejo Continente, pero no contaba ni con distribuidores, ni con dinero para poder ponerlos en marcha, a lo que debemos sumar la situación del propio país. Por su parte, Renault, con Pierre Dreyfus a la cabeza, también tenía la intención de expandirse por Europa y, además, en Estados Unidos, pero como Alfa Romeo, el dinero era de uno de los principales inconvenientes.
Con las dos compañías en una situación similar, en 1958 firman un acuerdo industrial, a través del cual, el fabricante italiano montará los Renault Dauphine en Italia, en Milán, mientras que los modelos de Alfa Romeo se venderán a través de la red de distribución de Renault en Francia. Con respecto al Alfa Romeo Dauphine, las diferencias con el modelo que salía de la planta de Flins eran de detalle. Por ejemplo, las tapicerías eran diferentes, así como las ópticas, los indicadores escritos en italiano y la adopción de una batería de 12 voltios.
Se vendieron nada menos que 70.000 unidades del Alfa Dauphine hasta 1966. Solo se vendió en Italia y encontrar unidades fuera de sus fronteras en toda una rareza.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS