Coche del día: Chevrolet Corvette C4 Grand Sport

Coche del día: Chevrolet Corvette C4 Grand Sport

Un Corvette nacido para matar víboras


Tiempo de lectura: 3 min.

El Chevrolet Corvette siempre ha sido la imagen del coche deportivo según los gustos estadounidenses, incluso cuando se cambió al motor central con el Corvette C8. No obstante, con el paso de los años se ha ido, por así decirlo, internacionalizando, todo lo contrario que ocurría en la década de los 90. Por entonces, vimos uno de los cambios de generación más importantes del deportivo yankee, fue entonces, en 1997, cuando se retira del mercado el Corvette C4 para poner en circulación el Corvette C5, relevo que ya fue anunciado en 1995, un año antes de que apareciera uno de los Corvette más deseados: el ZR-1.

Sin embargo, el Corvette ZR-1 no fue la despedida del modelo estadounidense, pues se retiró del catálogo en 1996 y el Corvette aguantó todavía un año más a la venta. El Corvette C4 fue un coche revolucionario para Chevrolet y para el mercado estadounidense de los coches deportivos, pero como suele ocurrir con todo, el tiempo pasa y el deportivo yankee llevaba nada menos que 12 años a la venta. Era demasiado tiempo para mantener el tipo y por si fuera poco, había aparecido un modelo que dejaba al Corvette como un coche lento: el Dodge Viper. No debería haber importado gran cosa, la generación C4 del Corvette tenía los días contados y con tanto tiempo en las tiendas, era lógico que hubiera cosas donde le superaran.

El caso es en Chevrolet no se quedaron a esperar al Corvette C5, no estaban conformes con que su coche, con más de una década de vida, fuera vapuleado por otro que había llegado después al mercado, así pusieron al equipo de ingenieros a trabajar y recuperaron una de las denominaciones míticas en Estados Unidos: Grand Sport. La primera vez que se empleó este nombre fue en 1963, equipado con un V8 377 de más de 500 CV; fue un Corvette entrenado para matar Cobras.

chevrolet corvette c4 grand sport (1)

Con el lanzamiento del Corvette C4 Grand Sport, lo que se buscaba era matar víboras, aunque la nueva entrega de tan deseada versión no era, ni de lejos, tan bestial como aquella de los años 60. Había muchas cosas interesantes en el motor, como una reducción general de la fricción, una mayor compresión, nuevos balancines para la distribución y algunos detalles menores más. El resultado fueron 330 CV y 461 Nm de par extraídos de un V8 de 5.733 centímetros cúbicos, así como un régimen máximo de 6.300 revoluciones. A este motor se le añadió una única opción en cuanto a la caja de cambios: un conjunto ZF de seis relaciones. El Corvette C4, según algunos medios estadounidenses, se convirtió en el coche oficial de una crisis de mediaba edad y ello provocó que se perdiera autenticidad y el 80% de las unidades fabricadas se vendieron con cambio automático. Sin embargo, si querías un Grand Sport tenía que ser con cambio “en H”.

Por si fuera poco, el coche se entregaba con una de las decoraciones más llamativas hasta la fecha, incluso se consideró extravagante en Estados Unidos. Todo el coche iba pintado de Admiral Blue, y se veía partido en dos mitades mediante una franja en tono Arctic White, junto a esto, dos marcas rojas aparecían, únicamente, sobre el guardabarros delantero izquierdo. La estampa se remataba con unos descomunales neumáticos traseros de 315/35 ZR 17.

En aquella época, el Corvette Grand Sport podía considerarse un coche muy rápido. El 0 a 100 km/h lo hacía en 5,2 segundos, los 400 metros con salida parada los completaba en 13,3 segundos y la velocidad máxima era de 266 km/h. La aceleración lateral alcanzaba los 0,91 G.

Solo se fabricaron un total de 1.000 unidades del Corvette C4 Grand Sport, 810 coupés y 190 descapotables.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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