Luca de Meo, presidente del comité ejecutivo de SEAT, ha concedido a La Vanguardia una entrevista realmente interesante sobre la situación actual de la compañía -parte del Grupo Volkswagen- y sobre su futuro. El italiano se ha sincerado a un grado antes desconocido, de ahí que SEAT se ha convertido hoy en tendencia en Twitter.

Hasta la fecha, el ejecutivo italiano se había mantenido al margen de valorar la situación política y social en Cataluña, pese a que en 2017 se amagó con mover la sede social a Madrid -en vísperas de la aplicación del artículo 155 de la Constitución- y tras haber parado cinco turnos Martorell ante amenazas de paralización de suministros recientemente.

Luca de Meo ha explicado que a la planta de Martorell están entrando al día 16 millones de piezas, y que los proveedores suelen servir piezas en el plazo de 3 horas. En otras palabras, just in time, mínimo almacenamiento de piezas, y por cada pieza que se consume se pide otra. Para que la fábrica pueda funcionar ese goteo constante de piezas no se puede detener.

Hasta la fecha, Martorell no se ha visto afectada -que se sepa- por los numerosos cortes de carreteras que se han llevado a cabo por independentistas

Luca de Meo, en una intervención en Madrid el 12 de noviembre

Preguntado acerca de si las protestas del sector independentista están preocupando a los inversores y al propio Grupo, ha dicho: “Mi trabajo es demostrar que no pasa nada operativamente, pero si esto sigue, el grupo tiene otras opciones, dispone de plantas en casi todos los países de Europa”. Se trata de una obviedad, pero había que decirla. Todo irá bien mientras haya una situación de normalidad operativa, que los coches sigan saliendo al ritmo previsto.

Ahora mismo el Grupo Volkswagen está buscando emplazamiento para una fábrica que produzca la siguiente generación del Volkswagen Passat y el Skoda Superb. En teoría iba a ser en Turquía, pero los acontecimientos en la zona fronteriza con Siria, donde está la minoría kurda, hizo que los alemanes echasen el freno y se barajan otras opciones.

Martorell empezó a producir coches en 1993, empezando por el SEAT Toledo (1L)

Hace años que muchos nos preguntamos qué pasaría en el escenario de que las protestas impidan el normal funcionamiento de SEAT -o la hipotética independencia de Cataluña-. Ya lo sabemos, no aguantar a cualquier precio en Martorell. El “Tsunami Democràtic”, los CDR y demás movimientos tendrán que tener cuidado de tocar las narices a SEAT. Parar esta fábrica supone pérdidas de varios millones de euros diarios.

La fábrica de Martorell también ensambla el Audi A1 de la actual generación

De cada 100 euros que se generan en Cataluña, 4 los genera SEAT (4 % del PIB), y en valor representa el 12 % de las exportaciones de la comunidad autónoma. Luca de Meo recuerda que es el primer inversor industrial de España -por ende, también de Cataluña- y trabajan unas 15.000 personas. La capacidad de la fábrica es de 500.000 unidades al año, en 2018 se produjeron 474.000. Ahí es nada.

La moraleja de estas declaraciones es que SEAT no está ligada a Martorell eternamente. Si nos ponemos en el peor caso posible, la fábrica se seguirá usando hasta que pierdan dinero con cada unidad producida. No se adjudicarían nuevos modelos, y cuando cese la producción de los actuales (Ibiza, Arona y León, además del Audi A1), los trabajadores a su casa y un impacto negativo permanente en el parque de proveedores, muchos afincados en la provincia de Barcelona.

Para una región tan dependiente de una gran fábrica, un cierre supone un cataclismo para la economía de la zona

Si los responsables del movimiento independentista, esos que están moviendo los hilos, demuestran ser mínimamente inteligentes, tendrán que dejar a SEAT en paz. Otra cosa distinta es perjudicar a los ciudadanos que buscan moverse libremente, a los camioneros o a los cuerpos y fuerzas de seguridad. Tampoco deberían hacerlo, pero molestar a mucha gente no tiene implicaciones tan graves como a la empresa más importante de la zona.