Después de años de espera, numerosos rumores e informaciones que caían con cuentagotas, el Toyota Supra está de vuelta. A finales de año, la casa japonesa confirmó que el primer ejemplar del A90 sería subastado con motivos benéficos durante el evento de Barrett-Jackson en Scottsdale, Arizona. Y así ha sido, superando con creces el precio de concesionario: 2,1 millones de dólares, 1,85 millones de euros al cambio.

Hace unos días traíamos el caso de un Supra A80 subastado por 121.000 dólares, el más caro hasta la fecha. Hoy ese récord ha sido destrozado por la última iteración del deportivo nipón. ¿Por qué pagar tanto por un coche que se acaba de mostrar al público? El Toyota Supra no necesita presentación. Desde los primeros momentos de su gestación hace ya cinco años, lo hemos visto desarrollarse y crecer como si de un bebé se tratase. Un coche cuya atención mediática ha sido inmensa y cubierta desde el primer momento.

El precio base del Toyota Supra al otro lado del charco es de 49.990 dólares, unos 44.000 euros

La división norteamericana de Toyota ha donado el coche a la casa de subastas con el objetivo de que todo el dinero se dividiera entre la Asociación del Corazón de América y a la fundación Bob Woodruff de apoyo a los veteranos. John Staluppi, coleccionista y filántropo, ha sido quien se ha llevado el primer Supra A90 fabricado -de serie- por algo más de dos millones de dólares. Staluppi, que no era ajeno a las subastas de Barrett-Jackson, vendió 140 coches de su extensa colección en Palm Beach el pasado año, más que suficiente para financiar su última compra.

Acabado en gris mate, con llantas oscuras y carcasas de los retrovisores en color rojo -al igual que el habitáculo al completo-, este ejemplar es una de las 1.500 unidades que componen la serie especial Supra Launch Edition. Eso sí, el color no es replicable en ninguna otra unidad. El compartimento del motor está firmado por el mismo CEO de Toyota, Akio Toyoda y, como regalo, se incluye el mono de carreras, con sus botas, casco y guantes, usados para completar los últimos tests del modelo antes de su llegada a producción.