La marca japonesa acude un año más al Campeonato Mundial de Resistencia o World Endurance Championship (WEC) con un vehículo cuyo sistema de propulsión es híbrido, el Toyota TS050 HYBRID, una evolución con respecto al coche del año pasado. Durante la pretemporada se han realizado más de 21.000 km de pruebas a lo largo de tres días en varios circuitos como el de Portimao o el de Paul Ricard para tener listo el vehículo de cara a la primera cita de la temporada, el prólogo de 30 horas que tuvo lugar entre las 10:00 del viernes 6 de abril y las 16:00 del sábado 7.

La temporada del WEC se desarrollará en ocho carreras. Mike Conway, Kamui Kobayashi y José María López afrontarán el desafío en el TS050 HYBRID nº 7, mientras que Sébastien Buemi y Kazuki Nakajima recibirán la llegada de Fernando Alonso en el TS050 HYBRID nº 8. Anthony Davidson seguirá contribuyendo en su función como piloto de reserva y de desarrollo.

El hecho de que el vehículo con el que compite Toyota sea híbrido tiene ventajas e inconvenientes respecto al resto de rivales que ocupan sistemas de propulsión convencionales. En primer lugar, la nueva normativa de esta temporada otorgan a los vehículos LMP1 que no utilizan tecnología híbrida 210,0 MJ por vuelta en Le Mans, mientras que el coche de Toyota solo tendrá disponibles 124,9 MJ además de los 8 MJ de energía eléctrica híbrida. En esto el coche de Toyota parte con desventaja.

También está en desventaja con los competidores en cuanto al flujo de combustible permitido, que será de 80 kg/h en lugar de los 110 kg/h del resto de rivales no híbridos. Pero no solo la energía disponible para mover el coche es menor, también el peso es mayor que en los demás coches debido su sistema híbrido cuya complejidad es mayor.

Además del sistema de propulsión, también se han hecho mejoras en la estructura aerodinámica, cumpliendo las reglas de homologación que impone la FIA. Se ha incorporado también una cámara de visión trasera Gentlex cuya imagen se muestra por primera vez dentro de la cabina del piloto.