Vivimos los días finales del 2024 con los superdeportivos americanos haciendo de las suyas en el Infierno Verde e intentando atemorizar a los europeos que se encuentran por debajo de los siete segundos en los tiempos de vuelta para modelos de calle.
Un Corvette C8 de la versión de entrada Z06 con especificaciones para el mercado Norteamericano lo intentó, pero la completó en siete minutos y 10,51 segundos. En su cuenta de Instagram, en un posteo que data de mediados de noviembre, el piloto Christian Gebhardt apuntó a la transmisión como la causa de una marca considerada insuficiente, dado el potencial del coche. El problema fue “la relación de transmisión ultralarga de la quinta marcha. En quinta, las revoluciones se desploman y el Z06 circula a bajas revoluciones en los tramos de velocidad punta del Nordschleife, sin alcanzar altas velocidades punta en esta zona. Con una relación de transmisión más corta en quinta, podría ser posible un tiempo inferior a siete”.
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Un mes después vimos en acción al tope de gama de la competencia. El Ford Mustang GTD 2025 sí logró realizar la vuelta de Nordschleife antes de cumplir los siete minutos, por lo que la noticia dio cuenta, en aquel entonces, de un coche que acababa de hacer historia al ubicar al óvalo como el primer fabricante de Estados Unidos en cumplir con dicho objetivo. Antes de estos intentos de Chevrolet y Ford, los más de 20 kilómetros alemanes habían sido puestos a prueba también por un Corvette Z06, pero de sexta generación.
El tiempo del vídeo revela que este Chevrolet Corvette C6 Z06 no se acerca al registro de los anteriores. Los casi ocho minutos de duración indican que este modelo 2007 necesitó bastante más tiempo para completar la vuelta. Pero de arranque también vemos que no hay comparación posible ni válida, porque rápidamente vemos que su prueba es en jornada de pista compartida. En pocas palabras, una complejidad determinante para el coche y el piloto de turno –el youtuber Trevik, para quien Nürburgring es como una segunda casa–, en un contexto que al mismo tiempo nos da adelantamientos y, por ende, más emociones a nosotros, los espectadores.
“Mucho tráfico, pero aun así una vuelta realmente rápida”, explicó a través de su canal en aquel momento. Meritorio haber establecido una marca de vuelta rápida con tráfico pesado en poco más de siete minutos y medio –07:33 para ser exacto–, pero no menos destacable fue el desempeño del conductor. Bajo unanimidad, las devoluciones le reconocieron la maestría al volante, tanto para superar a los Porsche 911 como a la hora de desenvolverse con responsabilidad. Podríamos decir que fue este Corvette C6 un ejemplo de cómo girar rápido en un Nürburgring poblado y sin tanto margen.
Vaya momento de máxima tensión se puede comprobar llegando a los 04:40 minutos, momento justo en el que el Corvette aplica el freno para dejar pasar a un Porsche a punto de estrellarse con un Ford Fiesta que iba a ritmo lento por el carril derecho. Segundos antes, otro momento de vértigo: un Volkswagen Golf viendo por el espejo que un salvaje superdeportivo se acerca y que, previendo que el encuentro se dará en la curva, se acomoda lo más a la derecha posible para facilitar el adelantamiento de la bestia americana, que lo pasa a casi 200 km/h.
En este on board, todo lo que aparece, incluyendo los Porsche, va pasando como muñecos cuando este Corvette de 600 caballos avanza. El veredicto es único y los comentarios de quienes reprodujeron el vídeo van en el mismo sentido: la sexta generación del superdeportivo norteamericano carece de detractores.
Mauro Blanco
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