Se subasta el Ford Roadster DBR1 Hot Rod de HAT Racing

Se subasta el Ford Roadster DBR1 Hot Rod de HAT Racing

propulsado por un Ford Flathead V8 de alto rendimiento y se monta en un chasis fabricado a medida


Tiempo de lectura: 7 min.

No hay mucho lugar para los hot rod a este lado del Atlántico, pero no podemos evitar mirarlos con cierta envidia. Y más cuando se subasta el Ford Roadster DBR1 Hot Rod de HAT Racing que fue fabricado entre 2002 y 2004, que tiene todo lo deseable para dar tranquilos paseos los domingos, o picarnos en cualquier semáforo. Está propulsado por un Ford Flathead V8 de alto rendimiento y se monta en un chasis fabricado a medida equipado con una carrocería de acero.

Un poco de historia de los Hot Rod

En Europa, estábamos muy lejos de los hot rods en la época en la que esto surgió en los Estados Unidos, bueno, quizá no tan lejos, sino que estábamos más enfocados a las carreras en circuitos o en rallies. A pesar de ello, incluso los estadounidenses tienen problemas para fechar en qué momento preciso comenzó esta tendencia, Indicar con precisión la línea que marca qué vehículo es considerado un hod rod y cuál no es el primer escoyo que se encuentran a la hora de señalar cuándo se fabricaron los primeros hot rods.

En general, se acepta que los hot rods descienden directamente de los autos mejorados construidos por los contrabandistas de licores durante la Ley Seca, y que esto también sería el origen de la NASCAR moderna. Por supuesto, la gente ha estado modificando sus coches para hacerlos más rápidos desde poco después de que los primeros automóviles entraran en producción. Casi se puede decir que va inherente al ser humano, mejorar lo que tiene alrededor, y más si puede hacerlo con sus propias manos, podemos decir que forma parte de su ADN.

Ford Roadster DBR1(1)

En Estados Unidos, como broma, se dice que la primera carrera se produjo poco después de que saliese de la línea de montaje el segundo vehículo de producción, y puede que no esté muy lejos de la realidad, tenemos que aceptarlo. Los hot rods, tal como los conocemos hoy, comenzaron a aparecer en Estados Unidos en la década de 1930, esto fue en gran parte gracias a la llegada del motor Flathead Ford V8, que entró en producción en masa por primera vez en 1932 en el Ford V8 del 32.

Por primera vez en la historia, un automóvil con motor V8 ahora era financieramente asequible para la clase trabajadora del país, y marcaría el comienzo de la historia de amor de los estadounidenses con el V8. Este es el origen claro del fetiche de los estadounidenses con esos V8 a 90º, de sus carreras en los circuitos ovales, y de esos locos hot rod diseñados para carreras de aceleración. La Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939 y Estados Unidos se unió en 1941 después del ataque japonés a Pearl Harbor.

Durante la guerra, el mundo de los hot rods estaría en pausa, por supuesto, pero cuando la guerra terminó en 1945 todos los soldados regresaron a casa, lo que resultó en un aumento vertiginoso de la popularidad de los hot rods. Sobre el punto geográfico donde todo se originó, muchos señalan el sur de California como el centro neurálgico de los hot rods durante este período, y muchas carreras se llevaron a cabo en lechos de lagos secos y largas carreteras desiertas.

Ford Roadster DBR1(9)

En la década de 1950, las películas centradas en los coches de carreras aparecían regularmente en los cines para documentar las tendencias automovilísticas, y los políticos prometerían tomar medidas drásticas contra el flagelo dual de la música rock ‘n roll y los coches echando carreras en cualquier oportunidad visible. En las décadas subsiguientes, los hot rods se han mantenido populares y han tenido una influencia significativa en la historia automotriz estadounidense y la cultura popular. La gente ahora pide incluso hot rods eléctricos, asegurando de que tendrán un futuro hasta bien entrado el siglo XXI y más allá, pero seguro que descubren que no son tan divertidos en cuanto los pongan en la báscula.

El Ford Roadster DBR1 Hot Rod de HAT Racing

El precioso hot rod que ves aquí es el Ford Roadster DBR1 y, como recordarás de la introducción, fue construido entre 2004 y 2006 por el equipo de HAT Racing. La elegante carrocería de acero y el parabrisas dividido han sido fabricados por el difunto Garwood “Woody” Gilmore. Por su parte, El Ford Flathead V8, bisabuelo del Coyote V8, ha sido montado y afinado por el especialista Lorry Azevedo, un ícono en la escena de los hot rod estadounidense, utilizando un bloque de fabricación francesa (curiosamente) y una gran cantidad de piezas de alto rendimiento.

Se construyó un chasis fabricado a medida a partir de perfiles cuadrados, que se asienta sobre un eje en caída perforado y pulido en la parte delantera con una ballesta transversal tradicional, amortiguadores QA1 ajustables en altura y dureza, y horquilla. En la parte trasera encontrarás el clásico eje rígido con una disposición triangulada de cuatro brazos, y amortiguadores ajustables, como en la parte delantera. Reposa sobre llantas Dished Rocket Racing de 16″ con neumáticos Excelsior Radial, que, a pesar de su imagen, no son tan anchos como cabría esperar.

Ford Roadster DBR1(8)

La sección delantera del neumático es de 6″ de ancho, mientras que en la parte trasera se confía en 7,5″ para tratar de transferir su potencia al suelo. En cuanto a los frenos, consisten en discos delanteros Wilwood junto con tambores traseros clásicos, y los discos delanteros están ocultos detrás de cubiertas de tambor con aletas estilo Buick para conservar una apariencia más auténtica, y al mismo tiempo ofrecer una capacidad de frenado moderna que no nos haga sufrir en cada frenada.

La potencia es proporcionada por el motor Flathead V8 mencionado anteriormente. El bloque se fabricó en Francia y se modificó con un diámetro de 86 mm y una carrera de 108 mm para ofrecer una cilindrada de 5 litros, 1,4 litros por encima de los 3,6 litros del motor del que proviene. Con esa carrera, el par brutal en bajas y medias rpm se le presupone. Este bloque se construyó con pistones Ross, bielas Crower, un árbol de levas Isky, carburadores triples Stromberg de 97 mm y un colector de admisión Barney Navarro.

Por su parte, las camisas de los cilindros vienen por parte de Baron Racing Equipment, colectores de escape de igual longitud fabricados a medida, y un cárter fabricado a medida para adecuarse a este montaje. Y todo lo que rodea a la instalación del motor en este chasis se ha hecho a medida, como las tuberías de refrigerante de acero inoxidable y tuberías de combustible. Para transferir la potencia de este brutal motor a las ruedas traseras, cuenta con una caja de cambios manual Tremec de 5 velocidades y un diferencial trasero Winters Quick Change con engranaje 4.10:1.

Ford Roadster DBR1(6)

En el interior del vehículo se encuentra lo justo, ya que lo importante de este tipo de vehículos es disfrutar de la conducción. Un volante clásico con borde de madera preside el salpicadero, tras él, en el centro, unos indicadores Stewart-Warner se encargan de dar la información justa y necesaria para nada te distraiga, y ante ellos la palanca de cambios y el freno de mano forrados en piel. Curiosamente, se ha instalado un cronómetro de avión Ernst Benz, suponemos que para tomar los tiempos de tu cuarto de milla.

El interior lo rematan unas alfombrillas grises muy discretas, asientos individuales con respaldo bajo (recordemos que generalmente los coches equipaban banquetas de lado a lado del vehículo, y que albergaban hasta a tres personas en los modelos más anchos), y paneles de las puertas a juego con los asientos. El Ford Roadster DBR1 está en venta en Tiburon, California, y en los papeles está descrito como un Ford de 1946. se subasta en Bring a Trailer, y si deseas leer más al respecto u ofertar, puedes visitar la subasta aquí.

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Sobre mí

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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