Tras unos años en rallies donde no tuvieron un mal papel, pero no lograron éxitos destacados, SEAT Sport decidió abandonar la disciplina desde 2001 y pasar a centrarse en los modelos de producción más deportivos de la firma española. No tardó mucho en dejar su impronta en uno de los modelos de SEAT, que llegó a los concesionarios en una tirada muy limitada de 200 unidades, de las cuales, solo llegaron a España 25. Por tanto, hablamos de uno de los coches de SEAT más exclusivos y especiales de cuantos ha puesto en circulación, aunque para muchos haya quedado un poco olvidado.
Nos referimos al SEAT Ibiza Cupra R, la versión más radical de la segunda generación del Ibiza Cupra, que ya montaba el inimitable propulsor 1.8 20vt que tantas alegrías dio en el Grupo Volkswagen. Un motor que dio vida a infinidad de modelos en diferentes marcas, desde el mismo Ibiza, hasta el Audi TT, sin olvidarnos de coches como el Škoda Octavia RS, el Audi S3 o el SEAT León Cupra R. Era un motor que valía para todo, o casi, y que en el Ibiza Cupra R se presentaba en su variante de 180 CV –código de motor AQX–, la misma que tenía el León FR y el mencionado Octavia RS, por poner unos ejemplos.
El Ibiza Cupra R fue, como decíamos, el primer coche que había sido desarrollado por SEAT Sport y además de un vestido especial para la ocasión –no había mucha diferencia con el Ibiza Cupra normal, más allá de las llantas OZ Racing con 16 pulgadas–, escondía algunos cambios que lo hacían más racing que su hermano sin la R, que se centraban sobre todo en el chasis.
Se aplicaron algunas cosas aprendidas en los rallies, para lograr un conjunto más racing y rápido
Así, el conjunto muelle-amotiguador era un 10% más firma que en el Ibiza Cupra estándar, mientras que las vías se ensanchaban 6 milímetros. Los frenos crecían en tamaño, sobre todo los delanteros, que adoptaban rotores de 305 milímetros de diámetro y pinzas flotantes dejaban su lugar a unas pinzas fijas de cuatro pistones desarrolladas por Brembo –y pintadas de color rojo–, al tiempo que los traseros se mantenían intactos con respecto al Ibiza Cupra normal, con discos de 232 milímetros y pinza flotante.
Con 180 CV y 235 Nm de par para poco más de 1.100 kilos, se podían esperar unas buenas prestaciones. La velocidad máxima homologada por SEAT era de 225 km/h, mientras que era capaz de completar el 0 a 100 km/h en 7,2 segundos y los 1.000 metros con salida parada en 28,3 segundos. Con estos datos, se convirtió, de facto, en el modelo más rápido de su categoría allá por 2002, cuando se lanzó al mercado, no en balde, también presumía de una relación peso-potencia de 6,21 kilos/caballo.
Eso sí, era un coche bastante caro: 3.750.000 de las antiguas pesetas, unos 22.535 euros sin sumar inflación, que equivalen a unos 30.750 euros actuales. Hoy día resulta bastante complicado encontrar una unidad a la venta y si la encuentras, ojo con ella y revisa bien, no sea que estés ante un SEAT Ibiza Cupra normal pero “maqueado”.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS