Superformance es una empresa estadounidense famosa por llevar a cabo réplicas de míticos modelos, fundamentalmente norteamericanos, como los Shelby Cobra y Shelby Cobra Daytona Coupé. También del Ford GT40 de segunda generación, como esta unidad que protagoniza nuestro artículo y que se denomina exactamente Superformance Ford GT40.
La polémica acompaña con cierta frecuencia a este tipo de réplicas. No ayuda que en ocasiones salgan a la palestra engendros tan extravagantes como esta suerte de Bugatti Veyron 16.4 construida sobre un Ford Cougar. En este caso, Superformance cuenta, en realidad, con los respetos de la industria. De hecho, Ford ha colaborado con esta empresa y se podría considerar que son una continuación de la limitadísima tirada del modelo original.
Respeta y serás respetado
Y es que hasta un ochenta por ciento de los componentes de este Superformance Ford GT40 son intercambiables con los del modelo de 1966. Además, esta fidelidad al Ford GT40 original permitiría inscribirse con él para participar en cualquier competición de vehículos históricos. Sin embargo, es algo más civilizado que la versión de hace décadas, puesto que cuenta con un mejor aislamiento de su habitáculo, así como una mecánica moderna.
Superformance lleva años labrándose su prestigio como constructor de réplicas de varios modelos míticos, fundamentalmente de los años sesenta del siglo pasado y de origen norteamericano
A este respecto y en este caso —Superformance permite a sus clientes elegir entre diferentes motorizaciones para cada réplica que ensambla en sus instalaciones—, en su vano motor se instala el propulsor sobrealimentado por compresor y de ocho cilindros en uve, de procedencia Ford, conocido por haber sido equipado por el Mustang Shelby GT500 de la serie S197 —fabricado desde 2004 hasta 2014—. Entrega 546 CV de potencia y 678 Nm de par, que son enviados al eje trasero a través de una caja de cambios manual de seis velocidades y de tipo transeje, tomada del Ford GT de principios de este siglo.
Según los responsables de esta réplica, el peso del Superformance Ford GT40 se mantiene más o menos como en el original, ligeramente por encima de la tonelada. De este modo, la velocidad punta de esta versión queda establecida en 356 km/h. Incorpora frenos Wilwood con pinzas de cuatro pistones, aunque quien lo solicite podrá equiparlas de seis pistones. Los neumáticos son unos Michelin Pilot Sport Cup 2, están montados sobre llantas de 18 pulgadas de diámetro —con anclaje monotuerca y pintadas en color negro—, y una anchura de 235 milímetros en el eje delantero y de 325 mm en el posterior.
Estéticamente, respeta la apariencia del modelo original, aunque hay algunos elementos propios de esta réplica —y, también, específicos de esta unidad, puesto que cada vehículo de Superformance está personalizado—. No cuenta con las clásicas rayas longitudinales que recorren por la parte superior su carrocería, puesto que su pintura plateada —”plata Nürburgring” para ellos— apenas está alterada por unas líneas negras sobre los faldones laterales, donde puede leerse la inscripción GT 40.
Bilstein proporciona las suspensiones, completamente ajustables, para este Superformance Ford GT40 Mk II. De sus componentes, más de dos tercios son equivalentes a las especificaciones originales del modelo de los años sesenta del siglo pasado
Todos los paneles de la carrocería siguen las especificaciones de fábrica del original, aunque sí es cierto que se han añadido algunos elementos para esta concreta unidad. Por ejemplo, se instala un splitter delantero específico, acompañado de dos elementos de tipo canard en la parte delantera de los pasos de rueda anteriores. También destaca otro alerón en la parte trasera, estilo cola de pato, así como la pequeña cúpula en la parte superior de la puerta del conductor, que tiene el objetivo de permitir situarse a sus mandos ataviado con un casco para las carreras. Por otro lado, cuenta con un fondo plano que, a diferencia de lo que sucedía en el Ford GT40 Mk II, recorre toda la longitud del vehículo, lo cual mejora su comportamiento aerodinámico.
Una réplica más civilizada que el modelo original, pero que no puede esconder su verdadera naturaleza
De todos modos, cabe mencionar que esta concreta réplica, pese a mantener la esencia del modelo original, puramente de carreras, es más civilizada que aquel. Cuenta con un habitáculo más aislado acústicamente, pese a lo cual, atendiendo a las declaraciones del presentador del vídeo de AutotopiaLA en Youtube que acompaña a este artículo, dista mucho de ser silencioso cuando se pone en funcionamiento.
En el interior, los asientos y gran parte del salpicadero están tapizados en Alcantara. El volante cuenta con un sistema que permite su rápida retirada, puesto que el reducido espacio complica las operaciones de entrada y salida del vehículo. La instrumentación también es reconocible del modelo de los años sesenta, ya que deja el velocímetro situado en el lateral, no tan a la vista del conductor. Cuenta también con aire acondicionado, ahondando en el intento de Superformance de mejorar el confort a bordo de esta réplica de un coche cien por cien de competición.
Como se puede oír en el vídeo, este ejemplar del Superformance Ford GT40 Mk II, pintada en color plata Nürburgring, se encuentra en realidad a la venta. Aunque no sabemos su precio, las instalaciones de esta empresa en Florida están abiertas para quien quiera inspeccionarlo en primera persona, e incluso se puede llevar a cabo una prueba de conducción antes de adquirirlo.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS