Tal y como estaba anunciado, y recogimos aquí hace unas semanas, acaba de producirse la sustitución de Herbert Diess en el cargo de director ejecutivo del grupo Volkswagen, con la entrada de este mes de septiembre. Oliver Blume, director ejecutivo de Porsche –cargo que mantendrá–, recoge el testigo como máximo responsable de la estrategia del grupo empresarial alemán, con el objetivo de encauzar los planes de futuro de la marca, que pasa por la rápida electrificación de su gama y la resolución de los problemas derivados del desarrollo del nuevo software para sus vehículos.
En días recientes han trascendido unas declaraciones del nuevo director ejecutivo del grupo alemán, en las que afirmaba que los combustibles sintéticos constituían “un sensato complemento a la estrategia de electrificación”. Se han realizado algunas interpretaciones de estas declaraciones que daban a entender que el grupo Volkswagen estaba replanteando su estrategia de futuro, que hasta ahora consistía en una apuesta descarada por la rápida electrificación de su catálogo, y el establecimiento de Tesla como su competidor principal.
Lejos de ser así, las palabras de Oliver Blume solo significan una contradicción en cuanto al posicionamiento de su predecesor en el cargo de director ejecutivo de Volkswagen, Herbert Diess, quien consideraba que la escasa eficiencia en la producción de este tipo de combustibles, conocidos como e-fuels, debía descartarlos como alternativa de futuro.
Si queremos alcanzar los objetivos que se han fijado, los combustibles sintéticos pueden hacer una valiosa contribución a la protección del clima.” – Oliver Blume, nuevo director ejecutivo del grupo Volkswagen, en declaraciones recogidas por el medio alemán Automobilwoche la semana pasada
Esta lectura habrá estado seguramente espoleada por las recientes noticias de la entrada de Audi y Porsche en la Fórmula 1, después de que esta adoptara los combustibles sintéticos para su normativa a partir de 2026. Sin embargo, pierden de vista que el mismo Oliver Blume, como máximo responsable de Porsche, ha puesto en marcha un proceso de electrificación de gran magnitud para la marca con sede en Zuffenhausen, representado por el exitoso Porsche Taycan, pero que en realidad no ha hecho más que comenzar. Sin ir más lejos, este próximo año se espera el lanzamiento del nuevo Porsche Macan como vehículo eléctrico, del cual esperan vender unas ochenta mil unidades anuales. Más adelante, en 2025, llegará la gama 718 a baterías.
La planta de producción de combustibles sintéticos que Porsche ha instalado en Chile no implica, como vemos, que esta vaya a enrocarse en la continuidad de los motores de combustión en los futuros lanzamientos de la marca –mucho menos Volkswagen–. Debe entenderse más como una oportunidad para continuar ofreciendo combustibles para sus coches clásicos, así como para las competiciones en las que participan sus vehículos –la Porsche Supercup, sin ir más lejos, ya utiliza combustibles renovables o sintéticos–.
Tampoco se tiene en cuenta, a la hora de realizar estas interpretaciones, la enorme cantidad de recursos que Volkswagen ha destinado en estos últimos años a adaptar sus procesos productivos para maximizar su capacidad de fabricación de vehículos eléctricos. Son seis las gigafactorías de baterías que se pondrán en marcha hasta 2030. En términos acumulados, supondrán una capacidad productiva conjunta de 240 GWh anuales.
Por tanto, no, Volkswagen no va a dar marcha atrás en su estrategia de electrificación con la llegada de Oliver Blume al cargo de director ejecutivo del grupo. Sí que cambia el prisma respecto de los combustibles sintéticos, que ahora se presentan como un complemento sensato, en palabras del propio Oliver Blume, para lograr los objetivos climáticos planteados para los próximos años.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS