A nadie se le escapa que los SUV son los coches que todo el mundo quiere. Han ocupado todas las parcelas de mercado, incluso aquellas de talante deportivo y la parcela reservada a los coupé. No obstante, aunque todos sabemos que un todocamino tiene poco de “Sport”, el éxito que tienen es destacable. Hay que tener en cuenta que son coches que juegan mucho con su imagen, con la percepción que tienen aquellos que nos ven y ahí, los SUV deportivos y los pseudo coupé tienen varios puntos a su favor.

Entre los “Sport Utility Vehicle” más populares, podemos encontrar al Toyota C-HR, un modelo que rompió moldes con su diseño cuando apareció en 2016. Y desde el primer momento, las ventas alcanzaron un buen nivel a pesar de no ser especialmente barato y de ofrecer una única opción mecánica. Durante su primera etapa, al menos en España, solo tenía disponible un grupo propulsor híbrido de 122 CV. Un conjunto motor que no era mala opción, pero que podía quedarse un poco corto en determinadas circunstancias.

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Fue con el restyling del modelo cuando llegó una opción mecánica más apetecible y más coherente con el diseño del coche, algo que siempre pidió más potencia. Y esa potencia llegó con el llamado “Dynamic Force 2.0”, un grupo propulsor estrenado en el Toyota Corolla y que rinde 184 CV. Con él, el C-HR se hacía más rápido de reacciones, que no más veloz, pues el grupo final es el mismo en ambas opciones de motorización y limita la velocidad máxima, aunque como cabe esperar, llega a ella mucho antes.

La potencia ya estaba ahí, pero… ¿Y la deportividad? El Toyota C-HR es un automóvil que no deja indiferente a nadie, o te gusta o lo odias, pero los diseñadores buscaban claramente un aspecto agresivo y dinámico, al tiempo que la marca comenzaba a querer recuperar su pasado talante deportivo. Era cuestión de tiempo que recibiera el sello “GR Sport”. El primero en lucir ese emblema fue el Yaris, con una versión de la generación pasada que resultaba muy interesante por chasis pero que se quedaba corto de motor. Luego llegó el Toyota Corolla GR Sport, mucho más redondo y acertado. Poco después, ya sí, le tocó el turno al C-HR.

Y aquí está, el Toyota C-HR GR Sport, la variante más dinámica, que no deportiva, del exitoso SUV japonés. Versión que gana algunos enteros en cuanto a imagen y dinámica de conducción, pero sin ser realmente un deportivo. Es, quizá, la versión más interesante de la gama, pero también es la más cara.

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