Maserati parecía tener un futuro, parecían que tenían las cosas “por la mano” con los diferentes lanzamientos que se han sucedido, sobre todo con las versiones eléctricas. Sin embargo, de tener ante si un futuro más o menos claro, Maserati se acaba de encontrar con un problema de dimensiones colocales, tanto, que podría acabar con el cierre de la empresa. Stellantis acaba de cancelar toda inversión programada para la marca italiana, concretamente, se han cancelado 1.500 millones de euros que iban a estar destinados al desarrollo de nuevos coches eléctricos.

Hace apenas unos días, la firma italiana presumía de haber logrado un récord que, seamos sinceros, no emociona y no parece tener mucho sentido en una marca como Maserati. Según informaban, había logrado superar los 310 km/h con un MC20 que se conducía solo, es decir, con un coche autónomo. ¿Qué sentido tiene que una marca como Maserati, que siempre ha tenido coches “para conducir”, anuncie ahora un récord con este? ¿Alguien se compraría un Maserati autónomo?

Era más interesante la puesta en escena del Maserati GranCabrio Folgore, la versión eléctricoa del GT descapotable que, aunque en medio de una caída de ventas y de popularidad de los coches eléctricos, sigue teniendo más sentido que cualquier récord de velocidad de un coche autónomo. Y eso, con la confirmación del poco interés que han mostrado los consumidores en los Maserati eléctricos…

La cancelación de la inversión llega por sorpresa, pues hace unos meses, la propia Stellantis publicó unas declaraciones con las que parecían poner a salvo a la firma del tridente. Según las palabras de dicho comunicado, Stellantis tiene “un compromiso inquebrantable con Maserati” incluso aunque pierda dinero con ello. ¿Qué ha cambiado ahora? Es cierto que Stellantis se encuentra en un proceso de reestructuración total, la marcha de Tavares lo ha puesto todo patas arriba –la marcha obligada, todo sea dicho– y parece que cambiaran muchas cosas.

Por ejemplo, el señor Imparato, encargado de las operaciones en Europa desde finales de 2024, ha dicho que Stellantis necesita motores de combustión y tiene muy claro que la clave a corto plazo son los híbridos, y a poder ser, con un precio accesible para que las ventas no se atasquen. Concretamente, la hibridación debería ser la apuesta más fuerte durante los próximos tres años, lo que choca, de frente, con la estrategia que han tenido hasta ahora, con los eléctricos como los protagonistas –los últimos lanzamientos se han presentado, en primera instancia, en su versión eléctrica, por ejemplo–.

Es un ejemplo de los cambios que se llevarán a cabo en el grupo induistrial en los próximos años, que también ha traído consigo que varias marcas estén en la cuerda floja. Alfa Romeo, DS y la renacida Lancia no tienen el futuro asegurado, y Maserati, sin lugar a dudas, está incluida en este grupo. Stellantis no está en un buen momento, las cuentas no salen y no lo decimos nosotros, lo dice el propio director financiero del grupo, Doug Ostermann, quien habló con la revista británica Autocar. Según esa entrevista, no tiene claro si como se afronta la electrificación de Maserati es la forma correcta.

Maserati perdió, en 2024, nada menos que 260 millones de euros por unas ventas globales paupérrimas: 11.300 unidades en total. Son muy pocos coches para una marca que tiene en catálogo dos SUV y uno de ellos lanzado hace relativamente poco tiempo. Hay algo que impide que Maserati genere interés, pues otras marcas han logrado buenos dividendos al poner en catálogo un modelo SUV.

Se llevará a cabo una reunión en el mes de marzo –el próximo día 11– durante la cual, se analizará la situación y se decidirá el futuro de las marcas poco rentables, entre las que se encuentra Maserati. La verdad es que Maserati ha tenido pocas épocas libres de polémicas y de problemas económicos, y esas épocas han quedado muy, muy lejos. Durante los últimos 30 años, Maserati no ha logrado despegar como debería a pesar de haber tenido en las tiendas modelos más o menos interesantes, como los Ghibli diésel, que deberían haber dado más ingresos de los que dieron.

Con la cancelación de la inversión, se paralizan, como cabe esperar, todo desarrollo y lanzamiento, al menos por ahora. Eso deja en la estacada la próxima generación del Maserati Quattroporte, que tenía prevista también una versión eléctrica, así como la renovación del Maserati Levante, el SUV de la marca que tampoco ha logrado el objetivo principal de su existencia: llenar las arcas. De hecho, también se ha cancelado el desarrollo del Maserati MC20 Folgore, la versión eléctrica del superdeportivo italiano.

Tavares ya criticó en su momento la falta de un posicionamiento claro de Maserati en el mercado, así como unas acciones de marketing poco eficaces –como el récord de velocidad de un coche autónomo… –. La firma italiana está totalmente perdida, no encuentra su lugar y eso, no solo han provocado la cancelación de la inversión, también podría acabar con el cierre de la firma, o bien, con su puesta en el mercado para que otro se haga con su control.