Tengo sensaciones encontradas en relación con la nueva flota totalmente eléctrica de la marca del rombo. Dejando de lado el debate sobre traer del pasado clásicos con batería en lugar de tanque de combustible, por un lado, el Renault 5 E-Tech me convence en diseño. Ni hablar el Renault 5 Turbo 3E, que, por cierto, días atrás estuvo por primera vez en España, exhibido en el rnlt Madrid, punto de venta que lleva apenas un año de vida.
Por otro lado, siempre limitando el asunto a lo estético, creo que ya hemos hablado al respecto: difícilmente haya un revival eléctrico tan desalmado en el contraste con el modelo original. Si el R4 enamoró en su tiempo, y lo sigue haciendo entre nostálgicos y entusiastas de todo el mundo que lo poseen, lo tratan como una reliquia y son conscientes de la singularidad de sus formas, el Renault 4 E-Tech se pierde en un mundo de urbanos que replican el diseño genérico que retrata a esta época. En otras palabras, si no supiéramos que es la versión eléctrica del R4, pues podría ser un eléctrico actual cualquiera. Ayer se identificaba como pocos, hoy no.
Lo último presentado por Renault deja en evidencia a la marca en ese sentido. Si los franceses no nos cuentan que se trata de una reinterpretación del viejo Renault 4F, el furgón, ¿cómo enterarse? Porque, si bien la gran diferencia reside en el interior, por fuera este Renault 4 E-Tech Van es exactamente igual al modelo base. Lejos de ampliar la familia con un nuevo diseño, con una figura de furgón natural, la firma ha priorizado la optimización de recursos.
Todo parte del retiro de los asientos y los cinturones de pasajeros para instalar en su lugar una superficie reforzada de plástico, un panel que envuelve el área detrás de los asientos y unos ganchos de sujeción tanto en los laterales como en el propio suelo. El equipamiento incluye una bandeja divisoria y, opcionalmente, la rejilla que separa al espacio de carga de la cabina, lo que le da al coche un aspecto más familiar respecto del furgón clásico. No menos interesante es la función de desactivado de apertura de puertas y ventanas traseras para terminar de asegurar la carga.
Desde luego, este acto de señalar a esta versión de trabajo como exponente de la era de lo genérico es una simple observación. No significa que este Renault 4 E-Tech Van esté condenado al fracaso desde el primer minuto, porque una cosa es la apreciación sobre diseño y otra el fin para el que se ha construido. Tal vez, con la solución y el propósito de su interior registre una mayor demanda en comparación con el 4 E-Tech de cinco plazas, que en España no es precisamente un coche considerado.
Por otra parte, las dimensiones y el dibujo mismo le permiten a la marca lanzar al mercado esta configuración sin necesidad de hacer cambios en la carrocería para darle al cliente un buen espacio de carga detrás de los asientos delanteros. Es para destacar, entonces, la funcionalidad lograda por la virtud de no tener que diseñar un coche desde cero para convertirlo en vehículo comercial, así también como la oportunidad aprovechada para crear algo nuevo, sin estar atado al pasado del 4F clásico.


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Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS