Desde que estallase el caso #Dieselgate en 2015 por cortesía de Volkswagen, las mecánicas movidas por gasóleo han pasado de ser la opción de la gran mayoría a las repudiadas por casi todos. Como resultado, las relaciones entre el motor diésel y las autoridades públicas son ahora mucho menos cordiales que hace apenas un lustro. Así, tras el Grupo Volkswagen, Toyota, Volvo y otras muchas, será Renault la siguiente en poner fin al desarrollo de nuevos motores diésel.
Así lo ha confirmado el consejero delegado de la compañía, Luca de Meo. La firma francesa, así como sus asociados de grupo (Nissan, Mitsubishi y Dacia), simplemente, desarrollará sus motores diésel actuales para limitar los costes de desarrollo de un tren motriz que, se haga lo que se haga, está condenado al fracaso. Renault ya no se invertirá muchos más recursos y dinero en las mecánicas dCi, tan solo lo justo y necesario para cumplir con los estándares de emisiones cada vez más estrictos unos años más.
El motor diésel se introdujo por primera vez bajo el capó de un Renault en 1979, con el R20, y ahora está a punto de despedirse de toda la oferta del fabricante de Boulogne-Billancourt después de haber recibido numerosos desarrollos destacados como la inyección common rail (dCi), la doble turboalimentación (dCi Twin Turbo) o la inyección de urea (Blue dCi), que cumple con la normativa de emisiones Euro 6. Así que el abandono de este plan de inversión se produce justo cuando el grupo busca reducir costes.
El motor 1.5 dCi (K9K) fue un co-desarrollo entre Nissan y Renault y los podemos encontrar en varios modelos de la Alianza, así como en otros fuera de ella como la 180 d de Mercedes-Benz
El hecho de que Renault esté renunciando a los motores diésel tendrá otras consecuencias a largo plazo. Una de ellas es la referida a los distintos fabricantes que les compran motores diésel, que ahora también tendrán que renunciar a estos motores o irse a otra parte. Parece que tan solo la triada alemana premium seguirá apostando por este tipo de propulsores en vistas a seguir mejorándolos, dado que necesitan un retorno de una fuerte inversión que ya habían hecho en este tipo de mecánicas años atrás.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.Por noticias como esta… empiezo a pensar que a la fábrica de Valladolid la quedan pocas décadas, quizá lustros, abierta.
Nope, teniendo en cuenta lo bien que se trabaja en España, salvo que venga una mala asignación -como Modus/Grand Modus- su viabilidad está fuera de toda duda. En Francia están vendiendo y reconvirtiendo fábricas, para que veas. De los diésel se pasará a híbridos y después a eléctricos puros.