En pleno lanzamiento del compacto Mazda3, la marca de Hiroshima nos sorprendía hace tan solo unos días con el aviso de que presentarían en Ginebra un nuevo SUV, haciéndonos pensar que se trataría de un crossover de estilo coupé basado en el compacto y su nuevo lenguaje de diseño.
La segunda sorpresa ha recaído en el nombre, puesto que es la primera vez que la marca emplea dos cifras en la denominación del modelo, dejando atrás la posibilidad de que se tratara de un CX-4 destinado al mercado europeo (actualmente el CX-4 se comercializa en China).
El Mazda CX-30 se sitúa entre el pequeño CX-3 y el CX-5 de enfoque más familiar
Mide 4.395 milímetros de longitud, 1.795 de ancho y 1.540 de alto, cota esta última que le coloca por debajo de otros crossovers del segmento C y a la misma altura que el CX-3, pero con una distancia libre al suelo superior. Curiosamente, es 6 centímetros más corto que el Mazda3, los cuales se van a su distancia entre ejes que baja de 2,72 metros a 2,66. Sin embargo, el maletero es más capaz, al declarar un volumen de 430 litros. Entra, por tanto, de lleno en uno de los segmentos con más crecimiento del mercado con dos armas bien poderosas: el diseño y la tecnología.
De lo primero dan cuenta las imágenes, y aunque en un primer vistazo no evoque unas líneas rompedoras muy diferentes al resto de la gama Mazda, lo cierto es que si nos fijamos con detalle encontraremos rasgos más semejantes al nuevo Mazda3 con un perfil limpio sin nervios ni aristas, una trasera maciza y musculosa que enfatiza la horizontalidad o un frontal con una generosa parrilla y grupos ópticos muy afilados e integrados con la moldura cromada que perfila la parrilla. Donde sí se aprecian diferencias es en el pilar C, que ahora incorpora una tercera ventanilla que suaviza la superficie de chapa restándole ese aire coupé del compacto.
En el interior se advierte también la inspiración del Mazda3, con un diseño casi minimalista de líneas limpias y ausencia de botones que se centra en el conductor al estar ligeramente enfocado hacia él. La pantalla del sistema multimedia preside la parte alta del salpicadero rodeada de una moldura que recorre la superficie hasta sintetizarse con las de las puertas.
De esta forma se juegan con los pliegues en distintos materiales y colores. Habrá dos opciones que predominarán en el interior: tonos marrones para un ambiente más clásico, o tonos azules de inspiración más moderna en palabras de la marca. El primero podrá combinarse con cuero negro o blanco, mientras que el segundo estará disponible con tapicería de color crudo o negro.
La gama mecánica estará compuesta por un bloque de gasolina 2.0 Skyactiv-G con desactivación de cilindros. Habrá también un Diesel 1.8, pero la estrella será el Skyactiv-X, que incorporará el sistema semihíbrido (o mild hybrid) compuesto por una batería de 24 V y 600 kJ que asistirá al propulsor térmico y que podría hacerle ganarse la etiqueta ECO de emisiones. Contará también con el encendido por compresión SPPCCI (Spark Controlled Compression Ignition), una suerte de gasolina dieselizado.
Habrá versiones de tracción total bajo la denominación i-ACTIV AWD acompañada del G-Vectoring Control Plus con control vectorial del par. Las cajas de cambios serán manuales o automáticas, ambas de 6 velocidades.
Aún no hay fecha de comercialización ni especificaciones finales, por lo que tendremos que esperar unos meses para saber cómo encaja el nuevo CX-30 en la gama de crossovers de la marca, sobre todo en su rango de precios para no canibalizar a su hermano mayor, aunque presumiblemente el CX-30 se convertirá en un pilar fundamental en lo que a ventas se refiere. Los SUV tienen todavía mucho recorrido.
Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.De los menos favorecidos diseños Mazda. BMW X2 al canto.