Son días buenos para los amantes de los coches gracias a la celebración de la Monterey Car Week durante estas jornadas recientes en California. Hoy os traemos el nuevo Koenigsegg CC850 presentado hace pocos días allí, y con el que la marca sueca quiere homenajear su primer modelo, el Koenigsegg CC8S, que cumple 20 años.
Fue en realidad en el año 2000, durante la celebración del Paris Auto Show, cuando pudimos ver por primera vez la versión definitiva del primer superdeportivo de Koenigsegg. Se convirtió dos años después en el vehículo de producción más rápido del momento, cuando fue entregada la primera de las seis unidades que se fabricaron hasta 2005. Supuso la entrada por todo lo alto de Koenigsegg en el mercado de los superdeportivos, dominado entonces por Ferrari, Lamborghini o Pagani.
La efeméride coincide con el cincuenta cumpleaños de su particular director ejecutivo y fundador, Christian Von Koenigsegg, y de ahí también su nombre. A la vista de su diseño exterior, es un claro guiño al pasado, pues sus líneas apenas se separan del modelo al que quiere homenajear. Pero, si prestamos atención a su mecánica, es una demostración de lo que han significado veinte años de evolución de Koenigsegg como fabricante de megacars –tal y como ellos mismos se definen–.
El Koenigsegg CC8S fue el primer modelo de la marca, y sentó las bases en cuanto a sus líneas estéticas y la filosofía del fabricante sueco de megacars
Misma receta, nuevos ingredientes
Se repite la configuración de su propulsor, también un V8, pero en este caso es de desarrollo interno, frente al origen Ford del motor que montaba el CC8S de principios de siglo. Con dos turbocompresores, construido en aluminio y con lubricación mediante cárter seco, carece de volante de inercia, como en el caso del Koenigsegg Jesko, por lo que es capaz de girar a un régimen muy alto – hasta 8.500 rpm– y se asegura una rápida respuesta al acelerador.
Entrega 1.185 CV, en el caso de quemar gasolina, o 1.385 CV si se trata de combustible E85 –con un 85 % de etanol y un 15 % de gasolina–, a 7.800 revoluciones por minuto. Esta diferencia se debe a que los turbos pueden incrementar su presión de soplado de 1,5 a 1,7 bares en caso de utilizar este segundo tipo de combustible. Así, continúan los homenajes a los modelos pretéritos de la marca, pues con un peso en vacío de 1.385 kg, este modelo puede ofrecer una relación de peso-potencia de 1 kg/CV, como el Koenigsegg ONE:1 de 2014. La cifra de par es igualmente elevada, con 1.385 Nm disponibles a 4.800 rpm.
Su transmisión es la LST –Light Speed Transmission–, la misma que equipan sus últimos modelos, aunque con algún cambio. Y es que, en su condición de máquina definitiva para la experiencia del conductor, como la marca ha definido a este CC850, se ha decidido instalar una palanca de cambios manual al uso, con un esquema en hache, además de un embrague, para ofrecer las sensaciones propias de un cambio de este tipo. Desde la marca se afirma que, en caso de operar este tercer pedal con brusquedad, el Koenigsegg CC850 se calará, como cualquier vehículo con cambio manual convencional.
Este sistema, denominado ESS –Engage Shift System–, funciona como cualquier otro cambio manual de seis velocidades, con la particularidad de que, en función del modo de conducción elegido –Wet, Track o Road–, se modifican las relaciones de cambio. En caso de querer circular de manera más relajada, se puede seleccionar el modo automático, en el que el comportamiento de la caja de cambios es el habitual de este diseño propio de Koenigsegg, denominado LST, con nueve velocidades.
Koenigsegg no ha querido dar datos acerca de las prestaciones del Koenigsegg CC850, aunque sí ha querido dejar claro que este modelo no ha sido concebido para romper récords, sino que su objetivo es el de ser un “coche de conductor”, destinado a transmitir las sensaciones de conducción más deseadas por los puristas
Otro ejemplo de la tradición nórdica
Las llantas son forjadas, hechas en aluminio y de 20” las delanteras y 21” las traseras. Montan neumáticos Michelin Pilot Sport 4S, en medida 265/35 los delanteros y 325/30 en el eje posterior. A través de las aberturas circulares de estas llantas, tan características y reconocibles del Koenigsegg CC8S, se pueden observar unos discos de freno ventilados de 410 mm de diámetro en el eje anterior y 395 mm en el eje trasero, con pinzas de seis y cuatro pistones, respectivamente.
La vista del interior está dominada por la palanca de cambios, con la bandera sueca dibujada en su pomo, y que deja a la vista su mecanismo de funcionamiento, y también por el pulcro diseño nórdico que ya conocíamos del Koenigsegg CC8S. Asimismo, destaca el grupo de relojes analógicos a los que se confía la instrumentación.
No han trascendido más datos acerca de su precio, o del momento en que serán producidas las cincuenta unidades del Koenigsegg CC850 que la marca ha anunciado que se fabricarán. Si estás interesado en uno de ellos, pero resides en un país en el que se circula por la izquierda y te preocupa tener que recurrir a preparadores externos para poder adelantar con tranquilidad, ¡descuida!, Koenigsegg ha tenido el cuidado de diseñar un interior simétrico para poder entregar con igual sencillez unidades con el volante a cualquiera de los dos lados. Muy agudos estos suecos.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS