De vez en cuando nos encontramos con cosas así. Andas por las calles de Blagoevdgar, al suroeste de Bulgaria, y te topas con una nave donde en su interior se esconde un lote de 11 coches. Son BMW Serie 5 de tercera generación -E34-, vendida entre 1988 y 1996. La noticia salió a la luz el 27 de diciembre del pasado año de la mano de una publicación de Facebook de una compañía y un medio locales, The Rust Center y AutoClub, respectivamente.
Algunas unidades están total o parcialmente cubiertas por una funda protectora; otras lucen el polvoriento tono del paso de los inviernos. Son 11 supervivientes que han permanecido (mal)almacenados e “intactos” durante 25 años, tal y como demuestran los documentos y etiquetas que aún permanecen en los habitáculos. Pero lo más llamativo del hallazgo es que ninguno tiene matrícula, jamás se han conducido ni se han llegado a dar de alta. Bajo el capó, todos los germanos están impulsados por un motor de seis cilindros en línea de aspiración atmosférica (M50), siendo la mayoría correspondientes al 520i (150 CV) y minoría al 525i (190 CV).
Uno de ellos cuenta con carrocería familiar (Touring), el resto son berlinas
Los primeros datos de la historia de estos bávaros datan de 1994. Milen Milanov, fundador de BMW Fans Bulgaria, apunta a un concesionario de nuestra península que pasaba por un mal momento y, aprovechando la liquidación, un empresario búlgaro decidió hacerse con un lote de 186 ejemplares para formar parte de un negocio de alquiler de coches. Logró vender casi la totalidad del lote. Pero ese mismo año entró en vigor un impuesto homólogo a nuestro IVA, incrementando el precio de los vehículos en el país un 20%. El negocio cayó por su propio peso, se habían convertido en coches demasiado caros.
Algunos de ellos han perdido su retrovisor a causa de un techo en mal estado que poco a poco cede ante el deterioro del paso del tiempo; otros sufren de leves rasguños sobre la carrocería. En el interior se puede apreciar mejor la inexistencia de kilómetros. Tanto el salpicadero, como el volante o el pomo de la palanca de cambios lucen casi como el primer día. Incluso unos pocos aún visten el plástico de protección de fábrica. Sin embargo, no podemos decir que hayan permanecido en “vírgenes”. Durante el periodo de abandono han sido utilizados como donantes de piezas de repuesto.
Se desconocen los detalles restantes desde ese momento. Tan solo es certero afirmar que estas piezas permanecerán aparcadas sin dueño más tiempo. Algunas fuentes indican a que pueden ser subastadas a lo largo de los próximos meses, a un precio que podría rondar los 15.000 euros de partida. El mejor destino de estos futuros clásicos es acabar en otro país más tolerante con los más veteranos, donde puedan estirar las ruedas. Ya que han viajado tanto, al menos que ejerciten.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS