Malas noticias para los fans de la “marca del pueblo”. En julio de este año saldrá el último Volkswagen Beetle de la fábrica de Puebla, y ya no habrá más. Eso ya lo sabíamos, lo que ahora conocemos es que no habrá una nueva generación eléctrica, y tampoco con motores de combustión convencional. El Volkswagen Beetle pasará a la historia, así de simple.
Herbert Diess lo ha explicado a Motor Trend. Volkswagen -como marca, no como grupo- se está metiendo en un buen lío con sus ambiciosos planes de electrificación. De una cifra de 10 millones de vehículos eléctricos para 2025 (objetivo anunciado en septiembre de 2018) subió la apuesta a 22 millones recientemente. El fabricante se ve obligado a una transformación radical: para 2022 prácticamente quiere doblar su beneficio operativo -del 3,8 al 6 %- y eso implica grandes recortes.
Ahorrarán 5.900 millones de euros ¡al año! hasta esa fecha
La fuerza laboral de Volkswagen va a reducirse entre 5.000 y 7.000 personas, fundamentalmente a base de prejubilaciones. En nuestro especial de fabricación de coches en serie hemos visto que las personas son mejores que los robots para muchas tareas, pero la historia cambia cuando se trata de vehículos eléctricos; más procesos pueden automatizarse, ergo hacen falta menos trabajadores. En cambio, habrá que contratar gente con otro perfil, como ingenieros de software.
Volkswagen ya ha empezado a reducir costes pasando la motosierra por el árbol de carrocerías, motorizaciones y opciones de equipamiento. Modelos como el Scirocco o el Beetle sobran en ese planteamiento, así como incluso las variantes menos vendidas del Golf. Todo eso va reduciendo el hueco para un posible sucesor del Beetle en el futuro.
“Debemos adelgazar, ser más flexibles, más rápidos, de forma que podamos manternos en la pugna con nuevos competidores” – Herbert Diess, CEO de Volkswagen
Aunque la plataforma de modelos eléctricos -MEB- permite mucha libertad a los diseñadores, eso no es suficiente para resucitar al Beetle. Hace falta un plan de negocio que arroje números positivos y el fabricante se ha visto incapaz de conseguirlo. Es una pena, porque la MEB tiene el piso plano y eso permitiría un Beetle que se pareciese aún más al original, cuyo motor era trasero, New Beetle y Beetle lo tienen delantero al estar basados en las plataformas PQ de tracción delantera.
“[…] creo que no podemos cubrir la gama histórica de Volkswagen con coches eléctricos, y no deberíamos”, añadió Diess. De momento, lo más emocional que va a salir con la plataforma MEB es lo que hemos visto con el prototitpo I.D. Buggy, una base para que terceros coloquen encima la carrocería que quieran, ya con medio coche hecho. Al menos eso despeja teóricamente el camino para que un tercero reedite el Beetle, aunque con bajos volúmenes y un precio seguramente poco asequible. Echaremos de menos lo “caro” que era el Beetle de tercera generación.
En España ya no se puede comprar uno nuevo, sobrevive en Norteamérica hasta julio. Aquí ya solo nos queda mirar las páginas de anuncios clasificados hasta que la depreciación los haga más interesantes para el bolsillo de cada uno. Seguramente es un futuro clásico, aunque no tan clásico como la primera generación, de la que se fabricaron casi 22 millones de unidades, y que puede alcanzar valores estratosféricos en unidades muy concretas.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.COMENTARIOS