Mercedes-Benz 300 SEL 6.3 Pininfarina Coupe. Extraño, ¿verdad? Debería ofrecer lo mejor de ambos mundos: los fiables y probados fundamentos alemanes con un bello traje italiano. Eso lo convierte en una buena mezcla, al menos sobre el papel. Sin embargo, se trata de un hijo repudiado, pues falta tanto en los libros de historia de Mercedes-Benz como en los de Pininfarina.

Pero no solo eso, sino que el nombre del empresario holandés que pagó 400.000 florines –el equivalente a 83 Volkswagen Beetle de la época– en esta creación es un secreto muy bien guardado; y sus parientes todavía no quieren que el apellido se asocie con este automóvil. Los informes de prensa en ese momento también eran mínimos: Auto Motor & Sport solo se atrevió a mencionarlo de pasada como una creación única. Así fue durante décadas, aunque abundaban los rumores sobre quién la encargó.

Sea quien fuere, obviamente era alguien muy adinerado y entusiasta de los coches. Tanto, que le llevó a pedirle a la reputada compañía alemana que le construyera un 300 SEL 6.3 de carrocería especial, un vehículo en cuyas especificaciones de fábrica acogía un monstruoso corazón V8 de 6,3 litros. Sin embargo, en lugar de optar por la carrocería de tres volúmenes ofrecida por Mercedes-Benz, nuestro hombre se lo llevó a Turín para que Sergio Pininfarina hiciera su magia. Es 1969, y comienzan las obras.

Años antes de que Rolls-Royce lanzara el Camargue, Pininfarina construyó un coupé basado en el Mercedes-Benz 300 SEL (W109), y es innegable que el parecido es razonable

La distancia entre ejes y el ancho de vías no cambiaron, al igual que la longitud y la altura de las puertas, pero el techo era completamente nuevo. El parabrisas se retrasó en la vista de perfil y la luna posterior se adelantó. Con los pilares A y C en un ángulo considerablemente más agudo y el techo 75 milímetros más bajo, este coupé cuenta con un habitáculo mucho más pequeño. El capó y el maletero más largos se fabricaron a mano en acero, al igual que las aletas, los parachoques y las enormes puertas.

Luego estaba la tradicional placa de Pininfarina presente en los pasos de rueda en ambos lados; una característica que también aparecería más tarde en modelos como el Ferrari 400 y el Alfa Romeo GTV, entre otros. Esa distintiva parrilla delantera, aunque recuerda a la que la firma de Stuttgart empleó en el Pagoda, es exclusiva de este modelo, y queda flanqueada por los faros verticales de origen, aunque enclaustrados en dos voluminosos rectángulos. Porque no solo debía sentirse sólido, también verse.

A pesar de tratarse de una construcción hecha a petición, resultó ser que su dueño nunca llegó a disfrutarlo realmente, y que incluso prefería llevar un Volkswagen Beetle

De acuerdo con la familia, parece que Pininfarina cometió un error durante la construcción que derivaba en que los gases de escape se desplazaran hacia el habitáculo. El sistema de ventilación bidireccional, desarrollado por Behr, requirió de un gran esfuerzo para instalarlo. Cualquiera que sea la razón, significaba que el automóvil solo era amado por su benefactor: sus cinco hijos lo miraron con desdén. Así pues, con 65.000 kilómetros en el odómetro, el coche se vendió a finales de los 70 y no se reemplazó.

Y a pesar de las quejas, no se puede negar que esta es una creación extraordinaria. Según podemos ver en las imágenes, el Mercedes-Benz 300 SEL 6.3 Pininfarina requerirá algunos cuidados, con rastros de óxido y arañazos esparcidos por toda la carrocería y en el vano. El habitáculo, por contra, se presenta mejor conservado, en parte gracias a que está acabado con los mejores materiales como madera genuina. Recuerda, este coche proviene de una época en la que Mercedes-Benz era la mejor del mundo.

Las sobrias líneas escritas por Paul Bracq, la cabina angular y los faros delanteros verticales del Mercedes-Benz W109 no se hicieron para emocionar, si no para emanar una gran presencia

Si te hace tilín tener un coche así de exclusivo en el garaje y darle unos pocos mimos para volver a ser una estrella de un millón de euros, te complacerá saber que Bonhams ofrecerá este vehículo y en su lote de subastas en Quail Auction el próximo 18 de agosto. Se estima que el Mercedes-Benz 300 SEL 6.3 carrozado por Pininfarina encuentre nuevo dueño por una tarifa de 400.000 a 600.000 dólares (365.000-550.000 euros, aprox.). No tenemos duda de que atraerá a grandes figuras, debido a su rica historia.

Si te interesa apreciar cada detalle, te invitamos a darte un paseo por la extensa galería que hay bajo estas líneas.

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