El BMW M3 (E36) sustituyó a la primera generación del modelo añadiendo dos cilindros más a su propulsor. Con un cubicaje de tres litros, su seis cilindros era capaz de entregar 286 CV de potencia máxima en el momento de su lanzamiento, en octubre de 1992. Más tarde, en septiembre de 1995, BMW presentó la versión Evolution, que incrementaba la cilindrada de su motor hasta los 3,2 litros para ofrecer 321 CV de potencia máxima. Sin embargo, hubo más versiones del deportivo bávaro.
La primera de ellas, denominada BMW M3 GT, sirvió para homologar el vehículo con el que la marca participó en la IMSA estadounidense, aunque, paradójicamente, este modelo solo fue comercializado en nuestro continente. En Estados Unidos, el BMW M3 de segunda generación no iba a ser comercializado inicialmente, debido a que las normativas anticontaminación de aquel país impedían su importación, pero en 1994 la marca bávara decidía adaptar su propulsor para poder acceder a este jugoso mercado. Con las modificaciones implementadas, la potencia del motor de seis cilindros y tres litros de cilindrada quedaba reducida a los 240 CV.
Pero este no sería el único BMW M3 E36 que se comercializaría al otro lado del Atlántico. Después de desarrollar la versión GT a efectos de homologación, BMW decidió trabajar en una versión especial que sí se vendería en Estados Unidos, y en este caso exclusivamente, con el objetivo de capitalizar la visibilidad que había obtenido con su participación en aquel campeonato. Se denominó BMW M3 Lightweight y de él se construyeron 126 unidades en total, contando los 11 prototipos de preproducción. Uno de estos muy exclusivos BMW M3 Lightweight acaba de cambiar de manos a través de la página bringatrailer.com —la unidad que podéis ver en las fotos—, una circunstancia que queremos aprovechar para repasar sus características en las próximas líneas.
El BMW M3 Lightweight es una de las versiones especiales del deportivo alemán, que solo fue vendida en Estados Unidos
Más ligero y con componentes de la versión europea
Aunque permanecían inalterados los 240 CV y 305 Nm de par entregados por su motor, que se quedaban por detrás de las cifras de la versión europea, el BMW M3 Leightweight ofrecía una serie de modificaciones que incrementaban su rendimiento respecto de la versión convencional de aquel mercado. Evidentemente, como su propio nombre indica, el peso del conjunto se reducía. Con 1.338 kg, era hasta 122 kg menos pesado que el BMW M3 Coupe europeo.
Este aligeramiento se conseguía gracias a que las puertas eran de aluminio en vez de acero y, también, como solía suceder, porque se reducía el aislamiento acústico de su habitáculo, especialmente en el techo. Otros cambios en su interior pasaban por el empleo de alfombras más delgadas, tomadas de las versiones de acceso del BMW Serie 3 de la época, y la inclusión de diversas inserciones de fibra de carbono. Tampoco contaba con aire acondicionado o equipo de sonido, aunque mantuviera la preinstalación eléctrica para este último elemento. Los asientos, por su parte, no eran los de corte deportivo que se instalaban en la versión europea y contaban con ajustes manuales.
Fue lanzada al mercado para aprovechar el tirón comercial que podría proporcionar la entrada en competición en la IMSA del BMW M3 GTR
Su carrocería incorporaba también modificaciones respecto de la versión convencional. De este modo, en la parte delantera se situaba un splitter ajustable, tomado de la versión GT, y la parte trasera estaba protagonizada por un alerón de grandes dimensiones, que integraba la tercera luz de freno, un elemento que era opcional en el resto de versiones. Solo estaba disponible con el acabado exterior que puede verse en la unidad que acaba de venderse en Estados Unidos, con pintura en color Blanco Alpino y los colores de BMW M en la esquina delantera izquierda y en la opuesta posterior.
En cuanto al chasis, recibía un tratamiento algo más agresivo que el BMW M3 vendido en Estados Unidos, cuyas suspensiones eran más blandas, adaptadas a los gustos norteamericanos. Recuperaba, como decimos, los reglajes de la versión europea, con unos muelles más cortos, y su altura libre al suelo se reducía en 30 mm. Algunos de sus componentes habían sido reforzados y se empleaban, por ejemplo, rodamientos en su eje trasero tomados del BMW 850i de la época. Sus barras estabilizadoras eran también más gruesas. Las llantas de aleación, forjadas, son de 17 pulgadas de diámetro.
Su caja de cambios, provista por ZF y manual de cinco relaciones, tenía un desarrollo final algo más corto que la convencional para favorecer su rendimiento en aceleración. De hecho, en este sentido, los 5,8 segundos que necesitaba para alcanzar los 100 km/h desde parado significaban tan solo 0,3 segundos más que el BMW M3 E36 europeo.
Pese a entregar 46 CV menos que la versión europea, sus prestaciones no se quedaban tan atrás, gracias a los 122 kg de peso que se ahorraba respecto del BMW M3 Coupe vendido en nuestro mercado y a una puesta a punto relativamente agresiva
Cada uno de estos poco más de cien BMW M3 Lightweight vendidos se entregaba con un kit de competición dentro de su maletero. Eso sí, dichos componentes estaban acompañados de un documento que aclaraba que su montaje implicaría la renuncia a la garantía del fabricante. Entre las partes que lo conformaban, se encontraba un cárter con placas deflectoras y bomba de doble toma, además de refuerzos para las barras estabilizadoras en ambos ejes y un alerón trasero ajustable. Opcionalmente, los clientes podían solicitar un equipo de suspensión completamente regulable y discos de freno perforados.
Esta unidad del especialísimo BMW M3 Leightweight acaba de venderse por alrededor de 90.000 euros, con unos 140.000 km en su odómetro. Cabe apuntar que no se trata de un ejemplar completamente de serie, puesto que cuenta con algunas modificaciones, como por ejemplo su sistema de escape, implementadas por su anterior propietario. De las 126 unidades existentes —BMW había planificado construir solo 85—, 11 fueron prototipos de preproducción fabricados durante los cuatro primeros meses de 1995, mientras que el grueso de ellas, las 115 restantes, fueron producidas entre agosto y octubre de ese mismo año.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS