Shelby GT500 “Green Hornet”: otro Mustang único creado por un hombre único

Shelby GT500 “Green Hornet”: otro Mustang único creado por un hombre único

Condenado a acabar destruido, ahora luce mejor que nuevo


Tiempo de lectura: 5 min.

Recientemente restaurado por su actuales propietarios, Craig Jackson y Steve Davis, el Ford Mustang Sheby GT500 EXP500, alias Shelby “Green Hornet”, es uno de los dos únicos Mustang con carrocería coupé fabricados de forma oficial por Ford y Carroll Shelby. Originalmente, se creó como un prototipo para dar vida a un Mustang California Special, pero finalmente se convirtió en una plataforma para la “innovación en diseño, rendimiento y pruebas dinámicas”.

A finales de los años 60, lo que comenzó como un Mustang Lime Gold de 1968 impulsado por un V8 de 390 pulgadas cúbicas (6.391 cm3) se convirtió en el prototipo más importante de la casa del óvalo azul. Shelby comenzó la conversión instalando las luces traseras de un Ford Thunderbird de 1965 y sus propios paneles de carrocería, pero el bloque original pronto fue reemplazado por 428 Cobra Jet-X (7.013 cm3) con inyección de combustible Conelec.

Con 360 CV a 5.400 RPM y 570 Nm a 3.200 RPM -declarados-, el rendimiento era espectacular: menos de 6 segundos para alcanzar los 100 km/h y velocidades máximas de 253 km/h. Teniendo en cuenta que la masa a mover era de casi 1.600 kilos, así como la tecnología y los neumáticos de la época, son números asombrosos. A modo de comparación, Car and Driver probó un GT500 estándar cuando salió, y obtuvo un tiempo de 6,5 segundos para el 0 a 96 km/h y una velocidad máxima de 206 km/h.

1968 Shelby GT500 Green Hornet Prototype

Aunque la inyección de combustible no comenzó a ser algo común hasta los 80, Shelby ya había tanteado con esta idea en su GT500 “Green Hornet”

Bautizado como Ford Mustang Shelby GT500 EXP500 en este punto, el “Green Hornet” también recibió una caja de cambios automática por convertidor de par basada en una transmisión de camión, así como una suspensión trasera independiente y frenos de disco en las cuatro ruedas. Vamos, todo un hardware de vanguardia para los estándares de los coches que pululaban por las carreteras estadounidenses a finales de los años 60.

La política de Ford en ese momento era destruir los prototipos para que no entraran en circulación. De alguna manera, tanto el “Green Hornet” como el “Black Hornet” (y “Little Red” ya restaurado) evitaron ese imperativo. Tras completar las pruebas para las que fue creado, fue despojado de sus innovadoras características y enviado al lote de reventa de empleados y subastas de Ford. Un ejecutivo de la compañía lo compró y lo usó a diario. Luego se lo dio a su hijo mientras este todavía estaba en la escuela secundaria, ya que desde los 16 años se puede conducir en “el país de las oportunidades”.

1968 Shelby GT500 Green Hornet Prototype 4

Para los más cinéfilos, Brand New Muscle Car puede construirte una réplica certificada de “Eleanor”, el unicornio de Memphis Raines de “60 Segundos” (2000)

Fue comprado por Robert Zdanowski y, finalmente, vendido a Don Darrow, propietario de un concesionario de la marca en Cheboygan, Michigan. Darrow desconocía la historia del modelo, por lo que realizó una serie de cambios no especificados sobre él. Sin embargo, en la década de los 80, su hijo leyó un libro de Paul Newitt y descubrió que su padre era dueño de un Mustang realmente especial. Newitt alegaba en su publicación que este prototipo había sido destruido.

El Shelby GT500 “Green Hornet” fue finalmente restaurado en 1993 por Martin Euler, y tras ser adquirido ahora se le ha dado una segunda restauración para hacer que luzca mejor que nuevo. No hay información detallada por el momento acerca de qué componentes se han restaurado y cómo se han hecho, pero la renovación completa y la historia de nuestro protagonista se presentarán en un documental próximamente.

Tras pasar una temporada dentro del seno de la familia Darrow, el Shelby GT500 “Green Hornet” fue vendido a Steve Davis en 2003, quien más tarde se convirtió en el presidente de Barrett-Jackson. Davis también ha vendido su participación mayoritaria en el automóvil a Craig Jackson. El CEO de la compañía era un amigo cercano de Carroll Shelby, lo que puede explicar por qué en 2013, el “Green Hornet” no alcanzó la reserva en 1,72 millones de euros.

“El Green Hornet fue un vehículo importante y especial para mí y agregarlo a nuestra colección fue obvio. Tuve una larga amistad con Carroll, y creo que estaría orgulloso de ver uno de sus prototipos revolucionarios que parece que salió de la fábrica en 1968”, manifestó el ejecutivo de la casa de subastas. No todos los días se tiene la oportunidad de conocer a unos de los muscle cars más avanzados y deslumbrantes que hayan salido del país de las oportunidades.

El año pasado, Jackson envió a su amado prototipo a Jason Billups para que el coche pudiera restaurarse una vez más y así cumplir con las especificaciones experimentales de Shelby American. Y con tiempo suficiente para una escueta sesión de fotos mostrada durante el SEMA Show 2019 de Las Vegas, el trabajo en esta bestia verde metalizada se ha completado. ¿Lo tendrías en tu garaje junto al Shelby GT500 “Black Hornet” (1968), “Little Red” (1967) y el Super Snake (1967)?

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Luis Blázquez

Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.

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