Para los profanos, Lancia puede ser una marca casi extinguida. Sin embargo, todavía existe. Fundada en 1906, se convirtió en parte del grupo Fiat en 1969. Se ganó el prestigio en el mundo de los rallies, pero poco a poco se diluyó en una firma que agregaba un poco más de cuore a los productos de su matriz, llegando al punto de ser es solo una sombra de lo que fue. Pero no siempre fue así, y este Lancia Aurelia B20 GT lo puede demostrar.
Los expertos en restauración Thornley Kelham, con sede en Reino Unido, acaban de darle una nueva vida a uno de los coches más famosos de la firma italiana. Durante mucho tiempo se creyó que estaba perdido. La suerte quiso que fuese descubierto escondido en Southend. Encontrado por el cofundador de dicha compañía, Simon Thornley, el coche fue comprado originalmente en 1951 por Giovanni Bracco, conocido por ser un corsario de alto standing y socio de Gianni Lancia.
Tres meses después de la adquisición, comenzó su acto de servicio en las pistas. Terminó en segundo lugar en la Mille Miglia, ganó la Caracalla Night Race, las 6 Horas de Pescara y también en su clase en las 24 Horas de Le Mans., Con motivo de la Carrera Panamericana de 1951, se empleó una esquema de pintura en blanco y negro. También fue el momento para aplicar como solución aerodinámica rebajar unos centímetros el techo. Desafortunadamente, se estrelló el cuarto día.
En la década de los 50, Lancia estaba en la cima de los eventos de competición que se realizaban en todo el mundo, desde una Europa en recuperación hasta las costas de América del Norte
Después de su accidente, fue comprado por un hombre de México, donde se cree que aguardó durante décadas, antes de terminar en Southend. Cuando Thornley lo encontró en un estado de plena decadencia, se podía ver que había sufrido algunas modificaciones. La reelaboración de la parte trasera fue especialmente notable, considerada una americanización del estilo “lead sled”, o el comienzo de las líneas fastback de techo recortado. No obstante, este necesitado coupé se sometió a destacada cirugía.
Toda la parte trasera fue remodelada, el suelo tuvo que ser reconstruido y el interior fue revivido con una pareja de asientos y un salpicadero de la época. Se probaron muestras de pintura y se hicieron referencias cruzadas con la propia Lancia, para confirmar que el automóvil había sido pintado de negro, luego de rojo (Le Mans), y de nuevo en negro. Por supuesto, esto fue replicado paso a paso por los artistas de Thornley Kelham; su equipo pasó más de 4.000 horas con el coche en tres años.
Para rehacer la parte posterior de este bello Lancia Aurelia B20 GT, Thornely Kelham escaneó en 3D y examinó los viejos moldes de fibra de vidrio del diseño original para restaurar el coche
Basado en el primer V6 de producción de la marca, el Lancia Aurelia B20 GT de 1951 contaba con un bloque de 1.991 cm3 bajo el capó, capaz de entregar 75 CV y 137 Nm. Asociado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades, las ruedas posteriores eran capaz de propulsarlo hasta una velocidad máxima de 160 km/h, consiguiendo hacer el sprint de 0 a 100 km/h en 15,9 segundos. Dada que las formas se optimizaron, es probable que esta unidad sea un poco más rápida.
Tan solo hay que echar un vistazo a las fotos del resultado final. Es innegable su belleza. “La restauración de este Aurelia B20 GT fue un momento muy especial para nuestro negocio. Su descubrimiento fue una verdadera revelación y restaurarlo conllevó una gran responsabilidad. Con el aporte de varios expertos de alto perfil de Lancia, la generosidad de los entusiastas de todo el mundo, la dedicación de su propietario y el talento de nuestro equipo en Cotswolds, estamos orgullosos de haber conservado una pieza enormemente importante de la historia de Lancia”, dijo Thornely.
La compañía ahora está vendiendo nueve de estos Aurelia B20 GT. Cada uno será gestado según el ejemplar de Bracco, pero con algunas mejoras modernas importantes. De serie contará con el mismo motor de seis cilindros, pero actualizado con inyección de combustible y 112 CV, frenos de disco y una suspensión delantera llena de nitrógeno, aunque se pueden personalizar de forma individual. ¿El precio? No tenemos ni idea, pero no esperes menos de seis cifras holgadas.
“Décadas de modificaciones y mal uso hicieron de esta una de las restauraciones más difíciles que hayamos hecho, pero la historia de Bracco es contagiosa y ahora está disponible para que los entusiastas de todo el mundo la disfruten una vez más”, añadió Thornely.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS