Este modelo se dio a conocer en el Salón de Ginebra del 2003 como prototipo, siendo el modelo de serie prácticamente igual. Todas las criaturas que salen con el apellido Cupra -que significa Cup Racing– salen específicamente preparados por SEAT Sport. La decisión de fabricar estos fuera de serie, los SEAT Ibiza Cupra 1.8T 20v, se tomó a raíz de que SEAT Sport abandonase el Campeonato del Mundo de Rallyes en 2001 con un claro objetivo: crear los modelos de calle más deportivos que nunca haya construido SEAT.
Comparado con otros Ibiza tuneados de manera artesanal no tiene adornos ni equipamiento superfluo, cada elemento debe desempeñar su función y al mismo tiempo diferenciarse de sus hermanos. Los retrovisores están pintados en negro al igual que el escape ovalado, la zona central y los reflectantes. Su discreto alerón realiza bien su función cuando se va deprisa, y sus llantas de 17 pulgadas eran -y son- realmente espectaculares.
Una vez dentro, su postura de conducción es muy ergonómica, el volante se regula en altura y profundidad; el asiento del conductor se puede regular en altura, longitud e inclinación, pero sin motorcitos eléctricos. Es de corte deportivo, como era de esperar, con una buena sujeción lateral y con un mullido tirando a duro. Tanto el volante -con el logo Cupra- como el pomo están forrados en piel con detalles en rojo, al igual que la tapicería. Su instrumentación es clara y demasiado sencilla, no lleva manómetros de presión de aceite ni de presión del turbo.
Arrancamos el motor y escuchamos su ronroneo deportivo. Una vez en marcha los ruidos nos acompañaban durante todo el trayecto: mecánicos, aerodinámicos y un áspero sonido de su escape. Gracias a su sobrealimentación -a las 1.800 RPM ya responde con contundencia- hace el 0 a 100 km/h en 7,3 segundos- y su potencia se mantiene con regularidad y poderío entre las 4.500 y 6.000 RPM. Hace gala de una gran elasticidad, pues donde más a gusto se encontraba es manteniendo el giro del motor entre 2.500-3.000 RPM. A cambio, su consumo es de unos 10 l/100 km en conducción normal y de muchos litros a los 100 km con espíritu deportivo.
A los que les gusten los datos, estos son los más básicos:
- Motor de cuatro cilindros de 1.781 cc y 20 válvulas (5 por cilindro), inyección indirecta, turbo e intercooler.
- Potencia máxima: 179 CV a 5.800 RPM
- Par máximo: 245 Nm a 2.000 RPM
Una curiosidad de este motor es que poseía cinco válvulas por cilindro, tres de admisión y dos de escape. Esto es así porque al entrar más aire en el cilindro, más rápida y exacta es la inyección de combustible y mejor la combustión. Las dos válvulas de escape son un poco más grandes que las de admisión, para facilitar la salida de los gases
En SEAT Sport trabajaron muy bien el chasis, para ser un tracción delantera no tiene tantas pérdidas de motricidad, digiere sin problemas la caballería. Para conseguir una perfecta puesta a punto que le dotara de autentico espíritu RACER se afinó a fondo la suspensión. El eje delantero se dotó de unos amortiguadores más firmes y unos muelles más blandos que el Ibiza FR, mejorando la capacidad de tracción, mientras que en el eje trasero tanto muelles como amortiguadores eran más firmes. Añadiendo una estabilizadora delantera más gruesa -20 mm-, una reducción de su altura y unas llantas de 17 pulgadas con neumáticos 205/40 entendemos que haya pocos coches de su segmento que puedan seguirle por carreteras secundarias con mogollón de curvas.
Tal vez los frenos son de lo poco que desentona en el conjunto, pues son propensos a la fatiga en condiciones un poco extremas y las distancias de frenada se alargan más de lo necesario. Incorpora discos delanteros ventilados de 312 mm y traseros macizos de 232 mm, aunque tienen una pega, pues resulta que las preciosas pinzas rojas de cuatro pistones eran opcionales. Podríamos añadir la carencia de una sexta marcha en su caja manual, que ayudaría a rebajar ruidos y consumo, sobre todo en autopista.
El veredicto final sería que el Ibiza Cupra 1.8T es el deportivo indicado para el que buscase eficacia en curvas junto a unas prestaciones de primer nivel y dejando en un segundo plano aspectos como la comodidad y el consumo, gozando de unos altos niveles de seguridad gracias a todos los controles que poseía. Una máquina que aún no se consideraba un smartphone con ruedas. En fin, disfrutad conduciendo, que cada vez quedan menos vehículos así.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...No estaba mal pero ya no tenía el factor sorpresa: la anterior generación (6K) contó con una versión limitada a 200 unidades con ese motor, el Ibiza Cupra R.
Me suena haber leído en su día que practicamente la mitad de la produción llevaba el volante a la derecha y, por tanto, iban destinados a las islas británicas.