La peculiaridad de ese único espejo retrovisor montado del lado del conductor y el desencanto de los clientes que, objetando inestabilidad, hizo que pasara a llevar dos al tercer año de su producción; su motor de doce cilindros plano –que llamarlo o no llamarlo bóxer, aunque sepamos que técnicamente no es bóxer sino un V a 180 grados–; el “no” del fabricante a la versión Spider y la excepción del único ejemplar desarrollado para Gianni Agnelli; el encanto y la majestuosidad de su perfil… Es generoso en condimentos y curiosidades el Ferrari Testarossa, su etapa de desarrollo y sus primeros años.
En retrospectiva: su innegable, inoxidable y transgeneracional legado para la historia automotriz más moderna; la cúspide de su saga con el F512 M; lo vital que fue durante la década inmediata, una era que marcó todo un quiebre tecnológico –puedo nombrarles variados proyectos experimentales de Pininfarina imaginados y materializados tomando como punto de partida e inspiración nuestra entrañable berlinetta: conceptos como el F90 (me pongo de pie), el Mythos, el FX de mediados de los ‘90-, su faceta de ícono cultural –el videojuego Out Run, toda una prueba–… Así hasta llegar al día de su lanzamiento, la hora señalada, su estreno y el estreno antes del estreno.
A 40 años del memorable preestreno antes del Salón de París
La cita, el Salón del Automóvil de París. El 3 de octubre de 1984, el Ferrari Testarossa hacía su debut oficial y lo hacía por partida doble: un ejemplar en el stand del fabricante de Maranello y otro en el de Pininfarina. Fue en la apertura de la 71° edición, una edición que recordamos por otras bienvenidas: fue el evento que saludó a otros modelos de calle como el Audi Coupé, el SEAT Ibiza y el Volkswagen Passat Variant Syncro, un familiar GT. Un debut oficial, pero no el primero. Fue la noche anterior cuando el deportivo italiano se dejó ver por primera vez, en lo que fue un encuentro no apto para todo público.
De Módena a los Champs-Élysées. De las concesionarias locales que lo conocieron antes que nadie, al Lido. Allí, en el emblemático cabaret, el Testarossa hizo de todo menos pasar desapercibido. Un preestreno exclusivo para gente de prensa, invitados especiales y personalidades lógicas como la de Sergio Pininfarina. Antes de morir, un hombre de confianza de Don Enzo y referente histórico de la Scuderia retrató el momento: “Fue bajado desde arriba en completa oscuridad, con un solo foco encendido e iluminando como un fuego el color rojo del auto y sus líneas”, describió Franco Gozzi. Testigo de la memorable revelación, así la definió: “Una de esas ocasiones donde la propia presentación se convierte en evento, y va más allá del coche”.
Esa noche en los Campos Elíseos, el Ferrari Testarossa fue el gran protagonista. Junto a él, exhibiéndose como una pieza maestra aparte, el V12 plano, la otra gran estrella. Sólo por esa noche las bailarinas de burlesque no fueron las que acapararon las miradas.
Redaccion
Los primeros testarossas que vi fue en Prestige Imports en Miami, uno blanco que era de Dan Marino y otro negro de Mike Tyson, ambos en venta, como seminuevos, en 1989.
Peugeot 406 coupé pininfarina no existe nunca publicais nada saludos
como no va a estar, solo hay que darle al buscador… https://espirituracer.com/cochedeldia/coche-del-dia-peugeot-406-coupe/
Gracias por el cable. Y Manuel, si quieres que publiquemos sobre el 406 Coupé, solo tienes que pedirlo.