Alfa Romeo es una de esas marcas que parece haber perdido el rumbo en los últimos años hasta encontrarse con el Giulia, aunque todavía se esperan modelos más pequeños de mayor volumen para ver el renacer de una firma centenaria. Mientras esto ocurre repasaremos uno de sus modelos más controvertidos, el Alfa Romeo GTV. No será con cualquier motor bajo el capó, ni un Twin Spark, ni un “Busso” al uso; sino con el V6 TB, un “Busso” al que se le incorporaba un turbocompresor.
El Alfa Romeo GTV de los 90 era un gran diseño de la oficina de Pininfarina, el primer coupé con tracción delantera de la firma milanesa y uno de esos modelos que genera polémica; también ha sido el último biplaza de Alfa hasta la aparición del 4C. El GTV tenía dos carrocerías: la coupé y una descapotable que la marca italiana denominaría Spider, como es tradición para los del biscione.
Ya integrados en el Grupo Fiat, Alfa Romeo necesitaba un modelo que sustituyese al ya anticuado Spider y que incorporase más carácter a la gama en la que se encontraban presentes los 155, 145 (y 146), además del 164. Este fue lanzado al mercado en 1995 manteniéndose en este durante 11 años en los que sufrió dos actualizaciones, tanto estéticas como mecánicas. La motorización de la que hablamos hoy no logró superar la primera fase, a pesar de ser una de las más interesantes de la gama.
Este modelo podía equipar motores de cuatro o seis cilindros, siendo este último una actualización del afamado “Busso”, un motor diseñado originalmente por Giuseppe Busso, ingeniero en Alfa Romeo, Maserati y Ferrari. La opción mecánica que nos ocupa hoy es la única que equipaba un turbocompresor en el GTV, se trata de un V6 con una cilindrada de 2 litros, 12 válvulas y un turbopompresor Garret con el que era capaz de alcanzar 202 CV de potencia máxima, aunque las “malas lenguas” hablan de potencias cercanas a los 250 CV.
¿Por qué es interesante esta motorización? Por tres razones principales
La primera de ellas es que existen muy pocas unidades fabricadas y la exclusividad bien merece algo de atención. La segunda es la forma en la que entrega la potencia, con un par máximo de 285 Nm a 2.400 RPM, sólo superado por el V6 “Busso” de 3.2 litros y 24 válvulas, con 289 Nm a 4.800 RPM, por lo que ganamos en confort de marcha. Por último, las posibilidades de potenciación de un motor turbo que se ha realizado partiendo de un bloque de 3 litros al que se le reduce la cilindrada, sería relativamente fácil ver potencias muy superiores a las que declara de serie.
Esta versión del GTV además se denomina TB, haciendo referencia al combustible utilizado –Benzina- y a la inducción de aire forzado en la admisión -Turbo-. Es algo que puede parecer que no tiene importancia, pero que hace que este modelo tenga cierto parentesco con el 155 Evo que vimos correr en el campeonato alemán de turismos (DTM) al utilizar una disposición semejante con un V6 turboalimentado. Lo que sí es una pena es que no hubiese ninguna versión con tracción a las cuatro ruedas, siendo siempre un modelo con tracción delantera y sin autoblocante, elemento que puede ser más que útil en un vehículo turbo de tracción delantera.
Al mismo tiempo, este modelo y motorización tienen su lado oscuro, el peso, ya que no se trataba, ni de lejos, de la versión más ligera del modelo con un peso (en orden de marcha) de 1.430 kg, superado únicamente (de nuevo) por el V6 de 3.2 litros, con 1.445 kg. Además, una transmisión de cinco velocidades no ayudaba a mantener unos consumos muy apetecibles.
Por otra parte, estarían sus cifras de aceleración, con un 0-100 km/h en 7 segundos, siendo superado por todas las motorizaciones de seis cilindros, casi todas ellas equipadas con cajas manuales de seis relaciones. Esto puede parecer un detalle menor, pero nos permite cerrar la relación de cambio sin sacrificar el desarrollo final para viajar en carreteras rápidas, en consecuencia ganamos en aceleración y bajamos consumo.
El Alfa Romeo GTV V6 TB es una de esas piezas extrañas, poco fabricadas, con cierto interés debido a su exclusividad y que puede llegar a adquirirse por un precio razonable. Al mismo tiempo esto lo convierte en un vehículo con bastantes papeletas para convertirse en clásico el día de mañana.
Carlos Pascual
El olor a lubricantes y gasolina quemada han atraído a Carlos desde su niñez, por ello decide consagrar su vida a los coches: una forma de comunicarse, de disfrutar, de vivir.Me encanta. Será un clásico muy valorado a no tardar. Por cierto, una curiosidad…El origen de su diseño es el Audi Quartz, un prototipo que hizo Pininfarina en 1981.
Creo que por el diseño, con mucha “carga” atrás, siempre me ha parecido que este coche era de tracción trasera. Vaya palo cuando me entere de lo contrario.