Recordando al Toyota Publica Convertible, la excepción de una época

Recordando al Toyota Publica Convertible, la excepción de una época

Un coche para coleccionar y mantener en la actualidad


Tiempo de lectura: 3 min.

De haberse consumado como un modelo para la calle, el Toyota Publica Sports, aquel que sirviera de base para el primer deportivo en la historia del fabricante, habría marcado la diferencia e impuesto una tendencia por el extraño e innovador accionamiento de su techo. Un techo desmontable, pero también deslizable, que además le daba al concepto una virtud o, mejor dicho, dos caras: cerrado, era un desproporcionado y llamativo cupé, mientras que en su faceta a cielo abierto revelaba una notable metamorfosis. Claro, las inviabilidades técnicas de llevarlo a cabo hicieron que para el Toyota Sports 800 se optara por una configuración targa tradicional con panel de aluminio extraíble.

Por su parte, el Toyota Publica de producción siguió su curso hasta finales de la década de los setenta, con un sedán comercializado en dos generaciones partidas por una transición hacia un diseño más fresco, desentendido ya del Publica cuadrado que los japoneses hicieron circular en los años sesenta. Casi en simultáneo y coincidiendo con las dos etapas del sedán, dos generaciones de un familiar perduraron tanto como aquel. Aunque no de la manera en la que el disruptivo concepto había aparecido, el Toyota Publica Convertible de serie existió. Fue una excepción del propio ciclo comercial del modelo, pero también una excepción para el mercado japonés de esos tiempos.

Para Toyota, el Publica Convertible es una particularidad en su historia. Un selecto y reducido grupo de modelos se sientan a la mesa del segmento y ninguno precedió al que aquí me convoca. El Toyota MR2 dosmilero abrió la tercera generación del deportivo para despedir la identitaria disposición targa y, en su lugar, ofrecer tanto una capota de lona con luneta de vidrio u opcionalmente una faceta hardtop, con techo rígido a retirar. Pienso también en los Celica preparados a convertibles en Estados Unidos, que le dieron al modelo –cuyo regreso esperamos– techos de lona de accionamiento tanto hidráulico como eléctrico en sus 11 años de producción. Por época, el pináculo de los convertibles de Toyota, el convertible definitivo de la marca, sobre todo los de la cuarta y quinta generación, a tono con los europeos de su tipo.

En los noventa, el cupé Cynos –Toyota Paseo en el mercado norteamericano– también contó con un fugaz convertible que merece no ser olvidado. Y, si de no olvidar y producciones fugaces se trata, al Publica Convertible hay que ubicarlo como el primero, al inicio de esta breve cronología. Seis años en las concesionarias de algo poco frecuente en Japón, donde los convertibles significaban una contracara de lo que tanto en Estados Unidos como en Europa se ofrecía como algo ya establecido.

Como el Publica sedán, el Publica a cielo abierto se caracterizaba por su corta longitud, de algo más de tres metros y medio. En diseño y elementos de diseño, replicaba al dos puertas cerrado. Misma calandra y mismos faros delanteros, líneas de pasos de rueda idénticas y una sutil moldura lateral. También se respetaba la apertura de las puertas que llegaba prácticamente al piso del coche. Un motor de dos cilindros lo movía y enviaba 36 caballos por medio de una caja de cuatro velocidades. Para la segunda mitad de su ciclo, el techo de lona fue reemplazado por una rígida extraíble de plástico.

En definitiva, un Toyota digno hoy de ser coleccionable, pues, para serlo, no es necesario contar con atributos de calidad, sino ser un vehículo único. El Publica Convertible lo fue. Nunca se sometió a un lavado de cara y jamás se vería un convertible de Toyota de la era clásica.

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Mauro Blanco

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