Coche del día: Toyota Publica Sports

Coche del día: Toyota Publica Sports

En el camino hacia el desarrollo deportivo en Japón, el Toyota Publica Sports representa un interesante primer paso


Tiempo de lectura: 5 min.

Muchas veces, la aparición de tal o cual prototipo se debe principalmente a la exhibición de nuevas soluciones tecnológicas o, sencillamente, a la reinterpretación del diseño en un determinado segmento. Sin embargo, en casos como el del Toyota Publica Sports esto se convierte en todo un símbolo acerca del progreso automovilístico en un determinado país. De esta manera, lo primero que hemos de tener en cuenta es que el golpe de efecto interpretado por el Toyota 2000GT en 1967 no salió de la nada. Lejos de ello, antes de que la industria nipona pudiera exhibir músculo internacional por primera vez gracias a este deportivo capaz de medirse con los europeos, se produjeron algunos pequeños modelos que fueron, humildemente, allanando el camino.

Pero vayamos por partes. Para empezar hemos de situarnos en el Japón de los primeros años sesenta. Desde el punto de vista comercial, este país aun no había eclosionado como lo haría en el campo de las tecnologías sólo un poco más tarde. Sin embargo, las limitaciones propias de la dura postguerra ya habían quedado atrás, abriéndose un importante hueco para las clases medias urbanas. De esta manera, los fabricantes japoneses pudieron ir progresando en sus creaciones, viendo cómo éstas tendrían mercado más allá de los recurrentes motocarros, motocicletas urbanas y microcoches. Así las cosas, empezó a surgir la idea de fabricar algunos deportivos modestos pero muy dinámicos con el público joven en la mirilla.

Pero, ¿cómo? ¿Habría que comenzar su diseño desde cero? En absoluto. Y es que en 1961 se había lanzado el Toyota Publica. Un pequeño utilitario del segmento B – o Supermini, según se quiera – con el cual las familias urbanas encontraron la posibilidad de dar solución a sus necesidades diarias de desplazamiento. Sin duda un coche que, con su silueta de tres volúmenes y su modesto bicilíndrico, no parecía muy deportivo. No obstante, el motor era un bóxer con nervio para subir de vueltas. Y además, aun siendo de motor delantero la propulsión del Pública era trasera. Si a estos dos factores le añadimos el poco peso dado por un chasis tan pequeño tenemos una muy buena base para pensar en desarrollar un deportivo al estilo de los Kei Cars.

A comienzos de los sesenta el mercado japonés ya había dejado atrás las restricciones de la postguerra, pudiendo empezar a pensar en la posibilidad de fabricar pequeños deportivos para el segmento más joven

Toyota Pública Sports, la apertura a nuevos perfiles de comprador

Al igual que pudo pasar en España con el SEAT 850 Sport, duarante los años sesenta también el mercado nipón estaba listo para asumir la comercialización de pequeños vehículos destinados a una audiencia joven con ciertas veleidades deportivas. Eso sí, siempre y cuando fueran usables en el día a día y asumibles en el precio. De esta manera, Toyota decidió usar al Publica en la misma forma y manera que poco después haría FIAT con el popular 850.

Como una buena base desde la cual recarrozar y presentar un vehículo deportivo joven. El resultado de esto fue el Toyota Publica Sports de 1962. Un prototipo pensado no tanta para llegar a serie sino para llamar la atención sobre el inminente sector de los modelos deportivos en el país. Además, su pequeña carrocería reveló un grado de madurez en el diseño bastante interesante. Y es que, mientras el Publica de serie guardaba cierta relación en su perfil hasta con el Trabant, en este prototipo se evoluciona hasta unas líneas suaves, futuristas, aerodinámicas y, sobretodo, influyentes.

No en vano, resulta complejo disociar el frontar del Toyota Publica Sports del que luego tendrán el Sports 800 e incluso el mismísimo 2000GT. Respecto al motor, se optó por el mismo Toyota U engine con 700 cm3 y 28 CV del Publica de serie. Y es que la principal novedad de nuestro protagonista no estaba en la mecánica sino en la carrocería. Especialmente en la cabina corrida sobre rieles, pudiéndose entrar al habitáculo de una manera bastante original.

toyota publica spots (1)

El techo se movía en conjunto con toda la cabina, pudiendo ser del todo retirado para quedar como un roadster. No obstante, cuatro años después el 800 Sports prefirió contar con una solución en forma de ” targa ” para no comprometer la rigidez de la carrocería tanto como en un descapotable completo

Un alarde futurista que finalmente no llegó a serie en ningún modelo posterior. Porque una de las características más importantes del Toyota Publica Sports es que fue el antecesor más directo y claro del Sports 800 de 1965. El sencillo pero muy efectivo deportivo con el cual la marca aplicó el concepto de Waku Doki, mediante el cual el conductor ha de experimentar un necesario estado de efervescencia anímica al notar cómo su motor sube de vueltas. En este caso también un pequeño bicilíndrico bóxer, pero que dados los tan sólo 580 kilos del modelo pudo llegar a tener episodios interesantes en las carreras nacionales. Otro interesante deportivo previo al 2000GT que, como hemos visto, tuvo en el Toyota Publica Sports un antecedente necesario.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.